gordita chou ౨ৎ 𝘀𝗮𝘁𝘇𝘂

OO1.

Chou Tzuyu.

-Omega - fresas y chocolate.
-Castaña.
-19 años.

Minatozaki Sana.

-Alfa - tierra mojada.
-Azabache.
-21 años.

Tzuyu soltó un suspiro pesado, otra vez regresar a clases después de unas mini vacaciones que les dio la escuela.

No es que a la taiwanesa no le gustaba estudiar, estaba muy claro que a ella sí le gustaba estudiar y por ello era la mejor de la clase. El problema eran sus compañeros, que solían burlarse de ella por ser alguien con unos kilitos de más.

Siempre ha sido la burla de toda su escuela.

Por ser gordita, que sus cachetes fueran muy regordetes, que su pansa sea rellenita, sus muslos sean rellenitos. Era por lo que solía ser molestado, cada comentario que recibía hacían que la pequeña Tzuyu odiase su propio cuerpo.

Todavía tener que soportar los comentarios de sus hermanos y los comentarios que más le herían eran los de su madre, su padre era el único que la defendía pero el susodicho casi no se encontraba en casa puesto que él tenía que trabajar y solo lo veía en los desayunos y las cenas, también donde podría pasar el día junto a él eran dos días a la semana que eran los jueves y los sábados.

Sonrió hacia él, recuerdo que su padre le prometió que este jueves después de sus clases irían ellos dos a comer un helado. De tanto estar metida en sus pensamientos no se dio cuenta que iba a chocar con una espalda.

—Auch. —se quejó sobando su frente con un puchero en sus labios.

—¿Eh.. estás bien? —preguntó la desconocida para Tzuyu.

La castaña abrió sus ojos de sorpresa al notar que tenía varias miradas sobre ella —¿Yo? —preguntó apuntando a sí misma.

— No, le está hablando a una mosca. —habló otra de las que acompañaban a la desconocida para Chou—. Pues claro que te habla a ti, gordita. —se burló haciendo reír a todas las que estaban ahí.

Tzuyu bajó la cabeza y sus ojitos se cristalizaron, la joven que le había escuchado decir que si estaba bien antes de bajar la cabeza vio que frunció el ceño.

— Ey, no tienes que faltarle al respeto. —respondió la pelinegra.

—Oh, vamos Satang, no defiendas a esta gorda solo por que te da pena. —dijo otra de las que estaban ahí, Sana sólo rodó los ojos y se volvió a ver a la castaña con la que había chocado.

Pero al darse la vuelta ya no estaba, alzó su mirada y empezó a recorrerla por el pasillo hasta que dio con ella y vio que iba a entrar al baño.

Empezó a caminar hacia los baños, no se detuvo por los llamados de sus amigas.

Una vez llegó a la puerta del baño entró a paso tranquilo, cerró la puerta con seguro pero antes de eso revisó que nadie más estuviera que la castañita.

Se acercó más hacia adentro del lugar, hasta que escuchó unos sonidos de sollozos.

Hizo una mueca y con tranquilidad para no asustarla, porque sabía que solo estaban ellas dos.

Abrió la puerta que solo era un cuarto chico que estaba completamente vacío, la vio sentada en el piso con sus piernas dobladas hasta el pecho y con sus manos abrazándolas.

Vio a la castaña alzar la mirada y verla algo sorprendida de que estuviera ahí.

— ¿Estás bien? —se atrevió a preguntar.

Tzuyu algo insegura hace un movimiento con la cabeza de un lado al otro diciendo que no.

Sana se sienta también en el piso del baño, no era el mejor lugar pero el piso del baño sí estaba limpio al ser que recientemente habían llegado.

—¿Cómo te llamas? —volvió a preguntar.

La castaña hizo un mini puchero y en voz baja contestó—. Chou Tzuyu ¿Y tú?

— Bonito nombre, el mío es Minatozaki Sana. —contestó con una sonrisa.

—El tuyo también es bonito. —respondió con más confianza y sonrió.

Sana sonrió al ver esa hermosa sonrisa cuadrada.

— Lo siento por lo que dijeron mis amigas. —se disculpó

La sonrisa de Tzuyu se borró al escuchar las disculpas de Sana, solo asintió con la cabeza.

Sana iba a decir otra cosa más pero sonó el timbre y ese era avisando que era hora de su primer clase.

La menor abrió los ojos de sorpresa y se puso de pie rápidamente despidiéndose de Minatozaki y saliendo corriendo del lugar después.

Sana se quedó sola en el baño, sonrió y murmuró algo—. Linda.

Para después pararse y ponerse de pie para ir a tomar su primera clase.