Capitulo 15

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Capítulo 15

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POV: Ayanokōji Kiyotaka.

El ascensor descendía lentamente, acompañado del suave zumbido de la maquinaria, mientras mi mente vagaba sin dirección concreta. Ocho de la mañana. Aunque temprano para algunos, considerando la naturaleza de mis compañeros, era probable que ya estuvieran en el vestíbulo.

Cuando las puertas del elevador se abrieron con un suave susurro, di un paso adelante, mis ojos evaluando la escena frente a mí. Como había previsto, un pequeño grupo de mis compañeros ya estaba reunido, susurrando y conversando entre ellos. Sin embargo, dos figuras destacaban más: Horikita y Sakura.

Sakura, en particular, parecía fuera de lugar. Se mantenía ligeramente apartada, como si no encajara del todo, con la vista fija en el suelo mientras sus dedos jugueteaban nerviosamente con las correas de su bolso. A pesar de su incomodidad evidente, estar aquí entre ellos ya era un avance considerable. Quizás estaba haciendo un esfuerzo por superar su timidez. No pude evitar preguntarme qué la habría motivado a salir de su zona de confort.

Y luego estaba Horikita, su expresión tranquila y serena. Me sorprendió verla aquí, en esta compañía. No era del tipo que participara en estas interacciones sociales sin una razón concreta. ¿Tal vez Sudo la había convencido? Después de todo, últimamente su relación había avanzado, aunque de una manera que ninguno de los dos reconocería públicamente. Pero yo no la había invitado, eso lo tenía claro. Sudo me lo había sugerido, pero tenía asuntos más importantes en mente.

Mis ojos se deslizaron desde Horikita hacia otra figura que acaparaba más atención: Kushida Kikyou. Llevaba un vestido de verano corto, ligero, que con la brisa del vestíbulo jugaba con su silueta, revelando más de lo habitual. Mi mirada recorrió su figura sin prisa, deteniéndose en sus piernas esbeltas y firmes, notando cómo el vestido acentuaba cada curva con precisión. Su cintura era delgada, y las líneas de sus caderas fluían con elegancia. Era hermosa, sin duda.

Notó mi presencia de inmediato, y una pequeña sonrisa se formó en sus labios. Había algo más en esa sonrisa, algo que iba más allá de su fachada habitual. Un destello en sus ojos me decía que era consciente de que la había observado con más detenimiento de lo usual. Sin embargo, su gesto seguía siendo tan encantador como siempre, un recordatorio constante de que bajo esa fachada dulce, se ocultaba una personalidad mucho más calculadora y oscura.

Finalmente, mis ojos se posaron en Ike y Yamauchi, los menos importantes en esta escena. Como de costumbre, hablaban animadamente de cualquier cosa trivial que capturara su atención. Sus voces resonaban en el aire, llenas de entusiasmo infantil, pero no tenían nada de valor que ofrecerme en ese momento.

"Buenos días, Ayanokōji-kun." La voz de Kushida fue la primera en romper el silencio, dirigiéndose a mí con su habitual tono cálido. No me molesté en responder verbalmente, solo asentí en su dirección y en la del grupo.

Kushida, con esa sonrisa encantadora: "Ahora que estamos todos, es hora de dirigirnos a la piscina."

"Acertada como siempre, Kikyō-chan." Ike, con una sonrisa tonta, no tardó en sumarse al coro, sus ojos clavados en ella. La familiaridad en su tono me hizo recordar algo curioso: hace poco, Ike había querido confesarse a Kushida, pero no tuvo el valor de hacerlo. En su lugar, le pidió permiso para llamarla por su nombre de pila, lo cual fue su pequeño triunfo. Patético.

La verdadera pregunta era: ¿cómo habría respondido Kushida si Ike realmente se hubiera atrevido a preguntarle si quería ser su novia? Claro, ella no habría aceptado. Pero observarla maniobrar para rechazarlo sin perder su fachada amigable habría sido una interesante muestra de sus habilidades sociales.

Demasiado fácil-kiyotaka AyanokoujiWhere stories live. Discover now