Demasiado fácil- kiyotaka Ayanokouji

Capitulo 9

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Capítulo 9

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POV. Ayanokouji Kiyotaka.

Caminaba lentamente por el borde de la piscina, la superficie del agua reflejaba las luces distantes, casi inmóvil bajo el manto de la noche. El silencio era profundo, interrumpido solo por mis pasos, ya que la hora había pasado la medianoche. Me dirigía a mi reunión con Chabashira-sensei, una reunión que había decidido realizar en un lugar poco común, pero lo suficientemente apartado para evitar oídos curiosos, por más tarde que fuera siempre era mejor prevenir.

Al llegar a uno de los camastros vacíos, me dejé caer con indiferencia, esperando su llegada. El aire nocturno era fresco, y el leve susurro de la brisa parecía acompañar la calma de mi espera. No pasó mucho tiempo antes de que unos pasos suaves rompieran el silencio, acercándose lentamente.

Giré mi cabeza apenas unos grados hacia la derecha, lo suficiente para verla emerger de entre las sombras. Chabashira-sensei caminaba con su habitual porte que parecía imperfecto, su atuendo de oficinista resaltaba contra la oscuridad, dándole una apariencia decidida y firme. Mientras se acercaba, noté un pequeño vaso de cristal en su mano, el líquido en su interior brillando bajo la escasa luz.

Esta fue una noche interesante. Reflexioné para mis adentros. esta noche ha sido una sucesión de encuentros con mujeres hermosas. Primero Ichinose, luego Horikita, y ahora Chabashira-sensei. Si los dioses existen, definitivamente están complacidos conmigo el día de hoy.

Finalmente, Chabashira-sensei se detuvo frente a mí, y con una ligera sonrisa que apenas alcanzó a curvar sus labios, tomó asiento en el camastro junto al mío. Su proximidad, junto con su actitud relajada, me indicaba que esta conversación no sería una simple charla formal como solía ser con ella, su camita hacia acá lo deja claro.

Había algo extraño en su forma de actuar.

"Hola, Ayanokōji," me saludó, su tono neutral pero con una pizca de familiaridad, algo que rara vez mostraba y me preguntaba por que de su familiaridad ahora.

"Sensei," respondí, manteniendo mi voz en el mismo nivel de indiferencia que ella había adoptado, mientras mi mirada se centraba momentáneamente en el vaso que sostenía en su mano.

"Espero que esté teniendo una buena noche, Chabashira-sensei," la hable con un tono calmado mientras la observaba atentamente. El ligero rubor en sus mejillas no pasó desapercibido; su hermosa y delicado rostro , normalmente tan compuesto y serio, ahora tenía un aire inusualmente relajado. Algo en su expresión sugería más que cansancio; una suave brisa traía consigo el inconfundible aroma a alcohol.

"¿Se encuentra bien, sensei?" pregunté, aunque sabía perfectamente lo que estaba ocurriendo. El pequeño vaso que llevaba en la mano y el aroma no dejaban lugar a dudas.

"Son solo... cosas de adultos," respondió con un aire de despreocupación, como si no fuera importante, pero sus palabras arrastraban una leve pesadez.

"Ah, está un poco ebria. Entiendo," asentí, rememorando por un instante la primera vez que probé el alcohol. Ema y Yuma me habían ayudado aquella vez, asegurándose de que no cometiera ningún error. Era una experiencia que no olvidaré pronto.

"No creo que entiendas," replicó Chabashira, con una mirada fija en mí, desafiante a pesar de su estado. Había algo casi curioso en cómo me miraba, como si intentara leer algo en mi rostro que aún no lograba descifrar.

"Tal vez no al mismo grado que usted, pero he probado el alcohol antes. Sin duda, fue una experiencia peculiar," comenté con tranquilidad, dejando que mis palabras flotaran en el aire, midiendo su reacción.