Mientras andábamos, pensaba con miedo. No tenía miedo a lo que hubiera entre aquella oscuridad opaca, tenía miedo de Danny. Pero no de él concretamente, sino de mí misma: era el hecho de pensar que en algún momento tuviera algo por lo que entregarme a él. Decidí dejar de pensar en eso, y centrarme en la situación.
La pila de mi linterna aún duraba, la de Danny estaba intacta, eso era bueno. Por ahora seguíamos teniendo provisiones.
-Esto... Nat...
-¡¿Qué quieres?! Déjame, ¿quieres? No tengo ganas de hablar...
-Nata, no podemos seguir sin hablarnos ni una palabra en lo que queda de camino.
-Lo sé...Eso era obvio...
Danny se detuvo en seco, me asomé sobre su hombro y solo vi un agujero enorme delante de nosotros. Eso me obligó a soltar un grito ahogado. Del enorme boquete salían luces hacia arriba, lo que me hizo pensar que allí abajo habían antorchas o algo parecido. Él apagó la linterna, que ya no era la principal fuente de luz que teníamos. Continuamos andando despacio, intentando no tropezar. Había un puente colgante, estaba hecho de una madera vieja y rota, sin embargo las cuerdas estaban intactas. Cuando me dispuse a pasar detrás de Danny él me paró poniendo su mano en mi hombro sin moverse demasiado.
-¿Qué pasa?-. Dije un poco nerviosa.
-Déjame a mí primero, espera a que llegue al otro lado y pasas tú, ¿vale?Asentí con la cabeza, como si no lo hubiera entendido bien, a causa de los nervios. ¿Y si se derrumbaba el puente? No veía lo que había abajo aun, estaba pegada a la espalda de Danny, aunque eso me daba un poco de grima.
Dio un... quinto paso por encima del puente. Este se tambaleó con Danny agarrado a sus cuerdas.
-No te sueltes... No te sueltes...-. Mi mente estaba inquieta, no sabía si quería que Danny muriese o siguiera vivo, pero pensé que era mejor matarlo cuando hubiéramos salido de allí.La madera crujía de una manera horrorosa, no me gustaba nada. Me quería negar a pasar por allí, pero no podía echarme atrás.
-Venga, Nata. Ahora tú.
Oh, no. No quería que llegase ese momento. El momento en el que Nata moría.Todavía no había mirado abajo, ni pensaba hacerlo. No sabía si iba a caer a metros, kilómetros, o centímetros de altura. Empecé a dar pasos lentamente, con los ojos casi cerrados.
-Vamos Nata, tú puedes.Sí, Nata puede. Seguí andando sin pararme. La madera crujía bajo mis pies y me asustaba mucho. Apoyé el pie sobre un tablón y este crujió de una forma desagradable.
-¿Nata?
Respiré fuerte antes de darme cuenta de lo que estaba pasando.
Bajo mis sospechas y miedos, la madera se había roto.

ESTÁS LEYENDO
Balliol College
FantasyBalliol College parece una Universidad normal construida sobre una antigua escuela, pero, ¿qué secretos esconderá dentro...?