Cap. 6

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¿Qué me acababa de decir? ¿Que me quería? Pero... ¡Si me odia!

-Yo, mmmm... Yo... ¡déjame!
Fue lo único que me salió. Quería morirme. Le adelanté unos pasos mirando hacia el suelo enfadada. Creo que él siguió susurrando algo detrás mia, pero no le escuché, ni le quería escuchar.
Al cabo de un rato nos encontramos ante una pared. Era sólida, dura, sin un hueco por el que atravesarla. Entre la pared y mi buen amigo, ahí estaba yo.

-Bien. ¿Qué hacemos ahora?
Me salió en un tono sarcástico, aunque no era momento para sarcasmos.

-Quizá este lado no tenga salida.
Me volteé al oír su voz, aun no me esperaba que él estuviera allí.
Error mío darme la vuelta hacia él.
Me cogió de la cintura, yo estuve a punto de chillar. Empezó a subir despacito, como mis colores, llegó a mis costillas y yo le seguía mirando las manos sin creérmelo. Y justo, justo cuando sus labios iban a golpear los míos, conseguí dar un salto y separarme de él.
Con suerte fui a poner la mano en una piedra de la pared que sobresalía, para que nos entendamos, la piedra que nos daba paso.
Cuando caí me quedé tirada en el suelo, con los ojos cerrados y las manos doloridas al haberlas utilizado de paracaídas contra la pared. Escuché una exclamación de júbilo de Danny. Algo había pasado y mis ojos no lo podían ver. Cuando separé los párpados pude ver como se abría delante de nosotros la pared rígida. Chirriaba como si no se hubiera utilizado en años.
Lo único que pude ver era que el túnel continuaba a oscuras hacia delante.
Sentí la mano de Danny rozar la mía, intentando levantarme del suelo, aunque yo le rechacé. Una vez estuve en pie seguimos andando, esta vez yo iba detrás, para que no me diera ningún susto, y para que muriera él primero.

Balliol CollegeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora