(Este bonus está dedicado a Adri, a quien le deseo un feliz matrimonio 🥰🩷)
Esta de verdad había sido una semana cargada de misiones.
A pesar de ser profesor en la Preparatoria de Hechicería (de la cual acaba de graduarse), Satoru no podía descuidar su trabajo como hechicero de grado especial.
Si bien inició como un mentor para su amado Yuuji, que en ese entonces cursaba el segundo año, al completar su entrenamiento ya no había excusa para continuar pegado al lado de su adorable mochi rosa.
Por eso, no se le ocurrió mejor idea que ofrecer sus servicios como docente en la institución, convirtiéndose en profesor, tanto de Yuuji como de sus demás kohais.
Suguru le había advertido que no la iba a tener fácil, pues ser maestro no es un juego. No podía seguir comportándose como un adolescente, pues tenía que dar el ejemplo a sus alumnos.
- Tendrás que ponerte firme y algunas veces incluso estricto - le dijo su amigo con seriedad - Y te advierto desde ya que tengas cuidado con tener preferencia hacia Yuuji solo porque es tu novio.
- Suguru ¿Por quién me tomas? - dijo el albino fingiendo sentirse ofendido - Ya soy un adulto y sé cómo comportarme. Seré maestro competente e imparcial. Lo juro.
Pero...
Definitivamente, no lo fue. Por el contrario, parecía un alumno más junto a los otros muchachos. Lo único que los diferenciaba era el uniforme y la imponente estatura que sobresalía entre los demás.
Fue entonces que el director Yaga, cansado de la irresponsabilidad y la actitud infantil de Gojo, se encargó de llenarlo de misiones para que se mantuviera ocupado, con la esperanza de que así cayera en cuenta de que ya era momento de madurar.
Así, al año siguiente, con las justas veía a su novio, pues Yuuji ascendió a hechicero de primer grado y comenzó a tener misiones en solitario.
Aún así, el pelirrosa había conseguido organizar su tiempo, teniendo espacio libre para un merecido descanso, algo con lo que Satoru no contaba pues, si no eran las misiones, entonces eran las clases, pero siempre había algo que hacer.
Estaba agotado y aburrido. Lo único que quería era que llegara el fin de semana para estar junto a su amada papa rosada.
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*El miércoles por la tarde, Yuuji se encontraba distraído mirando videos en su celular tendido boca abajo sobre la cómoda cama de su habitación.
Nobara había aprovechado su rato libre para ir de compras y Megumi aún no regresaba de su misión, por lo que no tenía con quien pasar el rato. Y sabiendo que Satoru tendría un par de misiones ese día, prefirió no llamarle para evitar distraerlo.
Sin embargo, y sin previo aviso, la puerta de la habitación se abrió de golpe.
"¿Por qué no me sorprende?", pensó Yuuji sin dejar de mirar su móvil.
- Yuuji... - dijo el albino con voz cansada.
- Gojo-sensei ¿No deberías estar en una misión ahora? - le regañó el pelirrosa aún sin mirarlo.
- No me des sermones - dijo colocándose sobre el más bajo - Y no me digas "sensei", te dije que me hace sentir viejo.
Yuuji sonrío, enternecido por la actitud de su bello novio, quien comenzó a repartir húmedos besos en su cuello debido al sudor que emanaba su rostro.
Seguramente había sido una misión difícil, aunque Satoru jamás lo admitiera. Él es el más fuerte y es su deber mantener esa reputación, por lo que no se permitía demostrar debilidad ante nada ni nadie, excepto cuando estaba junto a él.
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Kawaii
FanfictionTras fallar en su intento por "conquistar" a su kohai con su método poco ortodoxo, Satoru tendrá que dejar su orgullo a un lado para pedir apoyo a sus compañeros y así ganarse el corazón de su adorable pelirrosa.