Alvertencia:Esta historia contiene relaciones toxicas, protagonistas muy intensas, lenguaje vulgar, escenas sexuales muy explicitas por esa razon esta histia es +18.
La noche cayó con una intensidad inusual, como si el aire estuviera cargado de una tensión que presagiaba algo más grande de lo que podían manejar. Jimin estaba sentado en el borde de la cama, jugando con sus manos mientras observaba cómo el humo del cigarro de Taehyung se deslizaba hacia el techo, formando figuras caóticas que reflejaban perfectamente el estado de su relación.
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El silencio entre ellos se había vuelto casi tangible. Cada respiración, cada mirada evitada, era una muestra más de lo mucho que estaban tratando de ignorar. Jimin podía sentir el peso de las palabras no dichas, como un fuego que latía bajo la superficie, esperando estallar.
—¿Estás bien? —preguntó Taehyung de repente, rompiendo el silencio con una suavidad que casi lo desarmó.
Jimin lo miró por un segundo, sus ojos buscando alguna señal de que las cosas podían mejorar, que todo este dolor tenía un propósito. Pero no encontró nada en la expresión de Taehyung. Solo había más preguntas, más incertidumbre.
—No lo sé —respondió honestamente, dejando caer las palabras como una verdad cruda que ya no podía negar—. Siento que todo esto está por explotar, como si estuviéramos jugando con fuego.
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Taehyung apagó el cigarro con un gesto brusco y se acercó a la cama. Su mirada era intensa, como siempre, pero había algo más en ella esta vez. Algo que Jimin no podía identificar del todo. Se sentó junto a él, lo suficientemente cerca como para que sus hombros se rozaran, pero sin llegar a tocarlo.
—¿Qué estás diciendo? —preguntó Taehyung en un tono que sonaba entre preocupado y defensivo.
Jimin suspiró, pasándose una mano por el cabello, sintiendo cómo las palabras se acumulaban en su garganta, queriendo salir. Sabía que no podía seguir así, que algo tenía que cambiar, pero al mismo tiempo, no sabía cómo enfrentarlo sin romper lo poco que quedaba entre ellos.
—Estoy diciendo que esto no puede continuar de esta manera. Nos estamos quemando, Tae. Cada día que pasa, siento que me estoy perdiendo un poco más, y no sé cómo detenerlo.
