Egoísta. 4

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[×Capitulo con advertencia×]

● Park SooYoung

Jungkook conocía a la perfección los métodos necesarios para hacerme perder la cabeza, y lo disfrutaba completamente

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Jungkook conocía a la perfección los métodos necesarios para hacerme perder la cabeza, y lo disfrutaba completamente.

Habíamos compartido tanto en dos años, no solo como amantes en la oscuridad, sino como amigos, se había convertido en un gran apoyo sin importar el que, por ello decidí terminar nuestra relación, no quería lastimarlo más de lo que ya lo estaba logrando con mi egoísmo.

Lo hale de la mano para adentrarnos a mi edificio, llegando a mi elevador posicione mi tarjeta negra en el escáner del artefacto, esto logro activarlo y llevarnos con rapidez al último piso.

En medio de nuestra desesperación; Jungkook posiciono sus manos en mi cadera, pegando mi espalda en su pecho, y mi trasero a su entrepierna. Dejo salir un suspiro que erizó la piel de mi cuello y comenzó a besar con delicadeza la zona que mi vestido le permitía. Su lengua se deslizó con excelencia en la parte lateral de mi cuello, dejando que la sensibilidad de la región nublara por completo mi cabeza.

Eche la cabeza a un lado permitiéndole más acceso.

Algunos psicólogos relatan el sentido de la excitación sobre el cuello, mencionando que la cabeza es la razón y el cuerpo la emoción del placer, mientras que el cuello representa el puente de equilibrio entre ambos mundos, el vínculo que al ser estimulado nubla la razón y lleva a desenfrenarse las emociones. Y maldita sea, Jeon Jungkook conocía muy bien como alterar cada uno de los mundos.

Las puertas de ascensor se abrieron, dándonos paso a mi oscuro y solitario departamento.

El modelo apretó mi cadera y comenzó a caminar sin dejar de atender la zona. Al estar en mayor privacidad, me volteo quedando frente a frente, su respiración entrecortada evidenciaba el deseo contenido tras nuestras semanas de aislamiento.

—Tu casa es preciosa. — Susurró en mis labios, logrando que nuestras respiraciones comenzarán a juntarse.

Sonreí irónica al sentir sus manos sobre mis mejillas. Era la primera vez que tenía a Jungkook en mi casa, siempre nuestros encuentros eran en hoteles y un par de veces en su departamento.

— No la has visto. —La humedad en nuestros cuerpos lograba crear una atmósfera erótica, la camisa negra que llevaba puesta se pegaba a la perfección en todo su torso, dejando apreciar aquel cuerpo bien trabajo.

— Aun así me gustas. — Murmuró, bajando su intensa mirada a mis labios. Su mano baja por mi cuello apretando su agarre en él, juntando nuestros rostros.— Te extrañé tanto.

No respondí, en su lugar acaricie su mandíbula con mi pulgar y junte nuestros labios. Jungkook correspondió sin preámbulos, profundizando el tacto, sus labios se movieron contra los míos devorándome con deseo. Su mano baja con desesperación por mi costado, regalando caricias por mi cintura y cadera, finalmente deteniéndose en mi pierna, subiendo lentamente la tela de mi vestido.

Cláusula No. 5 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora