Capitulo 15

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Manhattan, New York.

Yusbely.

Me desperté lentamente, sintiendo el peso de un sueño profundo, pero el eco de las voces que escuché momentos antes aún flotaba en mi mente. Me tallé los ojos, tratando de despejar la neblina que aún los cubría. Noté que Jake ya no estaba a mi lado, lo que me hizo fruncir el ceño, preguntándome dónde estaría.

Me incorporé, estirando mis piernas mientras caminaba hacia la puerta. Las sábanas cayeron, y el frío de la mañana me recorrió la piel, haciéndome abrazarme a mí misma en busca de calor. Al abrir la puerta, el aire fresco del pasillo me golpeó, despejando cualquier resto de sueño.

Bajé por los escalones lentamente, mirando alrededor. 

Fue entonces cuando algo llamó mi atención desde abajo. Vi las puertas de una limosina abiertas frente a la entrada principal. Me detuve en seco, desorientada. ¿Qué estaba haciendo una limosina allí? Y lo más extraño, ¿por qué estaban abiertas las puertas como si estuvieran esperando a alguien?

Mi instinto me hizo retroceder un paso, sintiendo una incomodidad extraña en el pecho. No tenía sentido. Mientras procesaba la imagen, vi pasar a Elijah caminando en mi dirección, con ese paso firme y confiado que siempre tenía. Sin pensarlo, alcé la mano y tomé la manga de su saco para detenerlo.

—Elijah, espera —le dije, tirando suavemente de su manga. Él se detuvo y giró para verme, con esa sonrisa serena y profesional que siempre mantenía, pero que esta vez solo me confundía más—. ¿Qué está pasando? —pregunté con una mezcla de sueño y desconcierto en la voz.

Elijah me miró con calma y asintió, como si estuviera esperando esa pregunta.

—Buenos días, Yusbely —dijo con su tono amigable—. No te preocupes, todo está bajo control. Estamos haciendo unos cambios de último minuto. Jake ha decidido que es mejor que te mudes por un tiempo a un lugar más... seguro.

Me quedé allí, mirándolo sin entender nada. ¿Mudanza? ¿A un lugar más seguro? Las palabras no encajaban en mi cabeza.

—¿Qué? ¿Mudanza? —repetí, soltando su manga y cruzando los brazos, mi desconcierto dando paso a una ligera frustración—. ¿De qué hablas, Elijah? Mi edificio está perfectamente bien. No hay necesidad de que me mude a ninguna parte.

Elijah no pareció alterarse. Mantuvo su mirada tranquila y paciente, lo que solo hizo que mi irritación creciera.

—Entiendo que estés confundida, Yusbely, pero esto es algo que Jake y yo consideramos necesario. No es porque tu edificio no sea seguro, es porque creemos que este nuevo lugar te dará más tranquilidad. Es temporal, solo hasta que las cosas se calmen un poco.

Fruncí el ceño, sintiendo que algo más estaba ocurriendo, algo que no me estaban diciendo. Di un paso hacia él, tratando de mantener la calma pero sintiendo que mi paciencia se agotaba.

—¿Calmarse de qué? —pregunté, mi tono más cortante de lo que esperaba—. Elijah, no soy tonta. Algo está pasando, y no entiendo por qué Jake no me lo dice directamente. ¡Mi edificio está perfectamente bien, no necesito una mudanza de última hora! —insistí, mi frustración comenzando a mezclarse con la preocupación.

Elijah me miró con esa misma calma inquebrantable, como si estuviera esperando que terminara de desahogarme. Era como si supiera que iba a reaccionar así y ya tuviera todo preparado.

—Lo sé, Yusbely. No estoy aquí para obligarte a nada, solo para informarte y asegurarme de que todo se maneje de la mejor manera. Jake solo quiere lo mejor para ti, y cree que este cambio es necesario por ahora.

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