Los angeles.
Yusbely
Me removí bajo las sábanas, disfrutando del calor y la suavidad de mi cama. Aún estaba medio dormida cuando, de repente, escuché un grito ensordecedor.
—¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS, YUSBELY!!
El impacto de la voz de Zara y el repentino brillo de la luz que inundó la habitación me hicieron sobresaltarme, y en un acto de puro instinto, rodé hacia el borde de la cama... solo para caer al suelo en un desastre de mantas.
—¡Ay, Zara! ¿Es que no puedes ser un poco más...— murmuré desde el suelo, con los ojos apenas abiertos, tratando de ajustarme a la explosión de luz.
Al alzar la vista, vi a Zara parada junto a las cortinas, sosteniendo un pastel... No, en realidad, Elijah sostenía el pastel con una expresión de pocos amigos, mientras Zara me sonreía como si todo el alboroto no fuera más que un detallito insignificante.
—¡Buenos días, cumpleañera dormilona! —canturreó Zara, ignorando por completo el hecho de que me había caído de la cama—. ¡Es un día especial y nada de pereza! Arriba, arriba.
Elijah me miraba con una mezcla de compasión y fastidio, sosteniendo el pastel a una distancia segura, como si fuera algún tipo de carga pesada. Podía notar que su expresión decía "Estoy aquí solo porque Zara me obligó".
—¿Tú también, Elijah? —me quejé, poniéndome de pie y sacudiéndome las mantas que aún colgaban de mí.
—Solo estoy aquí porque... bueno, Zara me amenazó con hacer una escena si no venía —contestó él, rodando los ojos, aunque noté una pequeña sonrisa asomándose en sus labios—. No es que no quiera felicitarte, pero... ¡a las siete de la mañana, Zara? En serio...
Zara soltó una risa despreocupada y miró a Elijah con ojos chispeantes.
—Oh, por favor, no seas tan gruñón. Es el cumpleaños de Yusbely. ¡Merece una celebración desde que amanece hasta que se va el sol! —exclamó Zara, luego se giró hacia mí con una sonrisa cómplice—. Vamos, Yusbely. No todos los días tienes una amiga que organiza tu fiesta desde el amanecer. ¡No seas una dormilona!
Me froté los ojos, aún tratando de sacudirme el sueño.
—Es que... podía haber sido una sorpresa más... tranquila, ¿no? —repliqué, dándoles una mirada divertida—. ¡Quiero decir, no necesitaba un susto para recordar que hoy es mi cumpleaños!
Zara me miró con dramatismo, llevándose una mano al pecho como si estuviera ofendida.
—¿Tranquila? ¿Estás insinuando que soy aburrida? ¡Las sorpresas son mi especialidad! No hay mejor manera de empezar tu día que con un susto... digo, ¡con un pastel!
Elijah, quien había estado aguantando el pastel todo este tiempo, resopló.
—Hablando del pastel, ¿vamos a quedarnos aquí debatiendo o puedo poner esto en algún lado antes de que termine cubierto de crema?
Zara le dio una pequeña palmada en el brazo.
—Ay, Elijah, ¿ves lo que digo? Eres un aguafiestas —le dijo, pero luego sonrió y le hizo un gesto de que dejara el pastel sobre la mesita de noche.
Con cuidado, Elijah dejó el pastel en la mesa, y finalmente pude verlo bien. Era un pastel pequeño, cubierto de crema y fresas, y en el centro había una pequeña vela rosa. Sentí una oleada de calidez al darme cuenta de que, aunque Zara había armado esta escena loca, lo hacía con cariño, y Elijah, a su manera, también estaba ahí para hacerme feliz.
Zara me empujó suavemente hacia el pastel.
—Anda, Yusbely, pide un deseo antes de que sigamos con las sorpresas —dijo con una sonrisa traviesa, que me dejó claro que este solo era el comienzo de sus planes.
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Twice Obsession
Roman d'amourJake Donovan nació con todo: un apellido influyente, una fortuna interminable y una reputación impecable. Sin embargo, bajo su imagen de exitoso CEO de Donovan Enterprises, existía otra realidad. En las sombras, él era "The Shadow", un líder temido...