Un nuevo mundo

CAPITULO 23: Inseguridades 2

No puedo creer esto, Dios necesitaba tener pruebas de esto, ella esperaba que de verdad la noche terminara de una forma diferente, si se imaginaba a ella en una cama junto a Edward pero no precisamente de esa manera

—Hueles muy bien—escucho su risa en mi hombro, su aliento me llena las fosas nasales, aun en ese estado se veían perfecto— ¿Qué hice para tener una novia de esta altura? —ahora era mi turno de reír

—Ed deja de decir tonterías y cuidado que puedes caerte—se apoyaba sobre mi hombro, tenía miedo que se cayera en su estado de ebriedad, se había tomado toda la botella el solo—No puedo creer que te hayas embriagado

—Shhhh—sonrió al sentir su dedo sobre mis labios—por favor no digas eso, es imposible que yo Edward Suarez termine ebrio, un mal chiste—siento como se recuesta en mi cuello, podía sentir todo mi cuerpo removerse por su respiración ahí, este hombre iba a terminar con mi control— ¿Qué tal si continuamos lo que dejamos pendiente el otro día?

—Ahora me estas ofreciendo una propuesta indecente definitivamente no eres tu—intento moverlo para dirigirnos a su casa pero no se mueve—Ed

— ¿Si Heil te lo ofreciera aceptarías? —esto si es el colmo— ¿Te gusta verdad? Sé que mis ojos no soy la gran cosa y es más joven que yo pero ¿Acaso no cuenta que te he sido fiel todo este tiempo? Es lo mínimo que me merezco sinceridad

—Ed por dios, no tengo nada con Heil, te hubiera dejado abandonado en el parque y estaría con él en este momento

—Lo haces por obligación porque te ayude, no me amas—siento como se aleja y se tambalea, no puedo evitar reír al verlo así, el serio Edward Suarez haciendo una escena de celos ebrio en medio de la noche

—Claro porque te propuse vivir conmigo porque me sentía obligada y también sigo esperándote por obligación, es algo que quiero perder mi tiempo cuando no tuve mucho desde que tenía 9—escucho que ríe, estaba loco ya—¿Entramos?

—Entonces consumamos esto hoy, ven—veo que se acerca para intentar agarrarme pero lo que logra es caer al suelo, rio al verlo—Esmeralda

—Lo siento—me pongo de cuclillas para verlo que se pone en un ovillo, cubriendo su cara entre sus piernas—Te vez terriblemente tierno—me ve con esos ojos que me vuelven loca, me observa con intensidad

—Es lo último que un hombre quiere escuchar de una mujer que desea—rio ante sus palabras—Enserio me gusta tu risa—me sorprende al tomarme de la mano jalándome caemos en el suelo, estábamos en el césped de su casa— ¿Puedes mudarte ya conmigo? La idea me fascina verte todos los días y llegar a casa que hayas hecho un desastre en la cocina por intentar cocinar algo para mi

—Gracias por el voto de confianza—me recuesto junto a el para ver el cielo, le gustaba esta fase de Edward, decían que los borrachos era sinceros

—Eres un desastre ándate pero te adoro—rio al sentir sus labios sobre mi frente—un torbellino que entro a mi vida y arraso todo a su paso pero solo se llevó lo que necesitaba llevarse aunque me gustaría mi estabilidad mental de vuelta

—Aun la tienes Ed, no conozco a otro hombres que piense tanto las cosas como tú, ni siquiera puedes dar un paso sin pensarlo tres veces—siento que niega, levanto mi vista para verlo, observa el cielo que estaba estrellado

—Mentira, es muy difícil mantenerlo ¿Sabes cuantas noches he soñado contigo? Las duchas frías no están sirviendo y más cuando me besas de esa manera, deberías detenerlos porque creo que voy a terminar en un hospital—me separo para verlo aún tenía una sonrisa en su cara pero podía ver ese brillo en sus ojos que me gustaba

— ¿Hablas enserio? —siento que me toma de la mejilla, cierro los ojos sintiendo su calor—Ed si de verdad sufres tanto podemos dejar esto y…

—Ni loco voy a dejar de intentarlo, ese idiota de Heil no se me va adelantar—rio ante sus repentinos celos—Estas fría, entremos y consigamos más vino—veo que se levanta repentinamente, rio al ver que se tambalea pero logra mantenerse de pie—¿Sabes que quiero probar?