CAPÍTULO 04

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••Tiempo••

Venus

Acaricio los nudillos de mi mano lastimada. De solo recordar por qué me duele, siento ganas de volver a darle un puñetazo a la salamandra

¿Quién se cree?

Me llamó oportunista y bruja

Era obvio que le daría una lección. Así aprende.

—No la vayas a coger como saco de boxeo —Yasmín me susurra a medida que caminamos hacia la sala en donde me espera el Alpha— No sin avisarme antes.

Debo controlarme. Además, ya se me pasó el subidón de adrenalina.

—Ve a supervisar la revisión de Kilian. Te aviso cuando me vaya —digo en su lugar.

—Ok. También iré a darle teta a Kanye. Ya me debe extrañar.

Por seguridad, todos están aquí en el búnker. No hay mejores médicos que los de aquí.

Cojo una bocanada de aire y entro a la sala. Savannah está sentada, el Alpha habla por teléfono al otro extremo del espacio y Dan me pide con la mirada que me acerque. Quiere decirme algo.

La salamandra huye a mi mirada. Tiene vendas en la cara y su mirada dice que está adolorida.

Bien. Por perra.

No me dejaré de nadie. Quien me haga molestar, se muere.

—¿Uh? —me poso al lado de la mano derecha.

—Conserva la calma y mejor siéntate. No te va a gustar nada lo que vas a escuchar.

Arrugo las cejas, una señal que le dice que necesito más información.

La voz del Alpha, hablando en árabe, llega en pequeños susurros hasta aquí. No entiendo qué dice.

Solo sé que después de esto volaremos a Grecia. Estoy inquieta desde la madrugada.

—Siéntate. Te mandé a traer un té. Cleo ya viene —me insiste.

Suspiro y camino a sentarme en la gran mesa en donde se discuten estrategias o problemas. Justo en la cabeza, en la silla de mi esposo.

Carraspeo para que se diga lo que no sé.

Dan se sienta y el Alpha se acerca, ni ocupa una silla, sino que deja el teléfono en la mesa y se cruza de brazos.

—Savannah ha estado de encubierto gracias a mis órdenes —empieza a decirme— Eso significa que, Dwayne la ha estado usando con sexo. Todo para que le dé información de mí o mis movimientos.

Suelto una risa amarga. ¿Se acostó con el traidor? ¿Desde cuándo?

—Esto es inaudito —apoyo los codos en la mesa y mi mentón en las manos— ¿Se metió con tu padre? Waoo, mejor que me lo explique ella.

Es una rastrera.

—Hazlo —le ordena Herodes.

La veo pasar saliva. Se muestra avergonzada. Sin duda, hacer eso no era algo que quería. Pero el Alpha la convenció ¿Cómo? ¿Estuvieron a solas y no se me informó?

—Te escucho, linda —la incentivo, con una sonrisa de asco— No omitas detalles.

—Primero que nada, siempre he sido fiel al Alpha y le avisé en lo que tuve la oportunidad —agrega, sin poder mirarme, solo se fija en él.

—Prefiero que los ojos los dejes sobre mí —le ordeno— O no veo la necesidad de que los tengas. Podemos hacer una pausa y te los arranco.

Obedece, ya no duda como lo hizo antes de insultarme.

GÉNESIS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora