Mi mejor amigo

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Martes

Otro día, otra jaqueca... No estoy enojado, más bien confundido. Hace un mes era un perdedor sin la más mínima idea de lo que era el afecto femenino, y ahora... ahora soy un perdedor con 4 novias ¿Quién lo hubiera imaginado? Las cosas cambian de maneras absurdas y rápidas a veces.

Mientras navegaba por 4chan, uno de los habituales publicó algo que me dejó pensando. El último censo confirmó que los humanos están oficialmente en peligro de extinción. Menos del 2% de los seres pensantes en el planeta son humanos. Lo leí dos veces. No es que me importe demasiado, al fin y al cabo, nunca fui un defensor del "orgullo humano", pero... es algo triste, ¿no? A este ritmo, nuestra raza desaparecerá en unos doscientos años, o incluso menos. Que cagada.

Suspiré, guardando mi teléfono en el bolsillo mientras salía de casa rumbo a la escuela. Jamás en mi vida pensé que llegaría el día en que tendría que pensar en buscar un trabajo de medio tiempo. Pero ahora lo necesito. No solo por mí, sino por ellas.

La verdad es que me importan. Naomi... Naomi movió algo en mí que nadie había tocado antes. Es difícil de explicar, pero es como si siempre la hubiera conocido y al mismo tiempo, apenas empezara a entenderla. Stella y Rosa... bueno, son las mejores amigas que he tenido. Nunca pensé que tendría una relación tan cercana con alguien, y menos con dos chicas que me aceptan tal y como soy. Me siento afortunado de que me quieran tanto, y sé que no quiero perderlas.

El problema es que soy humano. Y ser humano no te da muchas ventajas en este mundo. No tengo contactos importantes, ni una familia influyente. Solo tengo mis manos y mi cabeza, y hasta eso... a veces no es suficiente. Pero quiero hacer todo lo que esté a mi alcance para demostrarles que valgo la pena. Quiero cuidarlas, estar ahí para ellas. Pero para eso, necesito empezar a moverme, encontrar la forma de ser alguien más que un simple espectador en mi propia vida.

La cuestión es... ¿cómo lo hago?

Otro día, otra migraña. Al menos, la escuela ya no se me hacía tan insoportable como antes. Mientras caminaba por el pasillo, perdí la cuenta de cuántas veces miré mi teléfono, pensando en el millón de cosas que tenía en mente. Fue entonces cuando escuché una voz familiar, una que conocía tan bien que hizo que todo mi cuerpo se crispara.

¡Hola, Anon! —Una voz aguda, juguetona, que me sacó de mi nube de pensamientos.

Me giré y ahí estaba. Sage, mi bro para toda la vida, mi alma gemela, mi compa, mi pana, mi segundo jugador en todo lo que importaba. Estaba de pie, pequeño y radiante en toda su femboy gloria, sonriendo con esa energía que siempre parecía llevar consigo.

¡Wow, bro! Hace tiempo que no te veo. ¿Cómo te fue en el torneo? —pregunté, recordando que había estado entrenando para eso.

La sonrisa de Sage se desvaneció un poco y bajó la mirada. —No gané... Quedé en tercer lugar. Llegué lo más lejos que pude. —Había un toque de tristeza en su voz, una sombra que no solía ver en él.

Me acerqué, poniéndome a su altura, y lo abracé. —Tranquilo, bro, ya habrá otro año. —Sage me devolvió el abrazo con fuerza, y cuando nos separamos, pude ver que estaba un poco más calmado.

Tienes razón. Uno aprende de sus errores, ¿no? —dijo, con una media sonrisa que empezaba a brillar en su rostro.

Antes de que pudiera responder, sonó la campana, anunciando el inicio de las clases. Me quedé ahí unos segundos, pensando en si debía contarle a Sage todo lo que había estado pasando en mi vida últimamente.

Cuatro novias, no era algo que se compartiera todos los días, ni siquiera con alguien como él. Quizá era mejor esperar... Rosa y Stella siempre fueron mejores para hablar de estas cosas que yo.

Snoot H Arreglando dinoproblemas a dinoc0+1#/$Donde viven las historias. Descúbrelo ahora