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Le dolía profundamente.

Extrañar a Lando se estaba convirtiendo en algo físico y no sabía qué tan malo era aquello. Algunos días estaría en medio de una carrera y de pronto aparecería en su mente el recuerdo de los hermosos ojos de Lando, otras ocasiones se encontraría a si mismo incapaz de dormir por esperar un mensaje del británico y en los días más nostálgicos se pasearía mirando fotos y videos de su amor secreto. La mayor parte de los integrantes del equipo ya se había percatado de su desconcentración y algunos bromeaban con "la nueva novia de Patito". La única persona del equipo que tenía noción de que se trataba de alguien involucrado en formula 1 y un hombre, era Alexander.

—¿Otra vez estas pensando en él? —Preguntó Alexander un día antes de la carrera.

—¿Cómo no voy a pensar en el amor de mi vida? Acabo de verlo hace tres semanas. —Pato exageró sus palabras llevándose una mano al pecho y suspirando soñadoramente.

—¿Ya me vas a decir quién es?

—No.

Pato se burlo de la cara indignada de su amigo. Desde el día en que le había contado sobre este misterioso enamoramiento, Alexander había hecho todo en su poder para descubrir de quién se trataba, claro que ninguno de sus intentos funcionó.

—¿Habla español? —Pato lo ignoró mientras comenzaba a caminar hacia su garaje. —No es Checo, él tiene a Max. ¿Es Carlos?

Las teorías raras de su amigo lograron sacarle una carcajada a Pato. Probablemente Alexander nunca sospecharía de Lando, y aunque lo hiciera, él no iba a revelar nada; les gustaba su privacidad, Lando lo llamaba "tenerse solo para ellos, en secreto".

—Bueno. Supongo que Carlos no. ¿Charles? ¿George? —Continuó su amigo. Su lado energético salía a relucir siempre que su curiosidad era tentada por algo. Pato simplemente negaba a cada nuevo nombre que Alexander decía. —¿Oscar? Yo creo que se ve buen muchacho.

—¿Desde cuando copias mis frases? —Detuvo su andar para poder interrogar al otro.

—Desde que no me dices quién es tu novio.

Lando no era su novio, no sabía lo que eran. Tal vez solo amigos, tal vez algo más, tal vez nada.

—No es mi novio.

—Pero te gustaría que lo fuera. —Lo señaló Alex mientras al lado de Pato veía a un miembro del staff hacerle señas para que se acercaran. —No lo niegues. Y vámonos que nos están hablando.

Pato miró en la misma dirección que su amigo y ambos se acercaron a la persona que los llamaba. Dicha persona les informó que Zak había organizado una presentación de diferentes monoplazas de Mclaren para impresionar a algunos amigos y quería que sus pilotos tanto de Fórmula 1 como de Indycar estuvieran presentes en el evento. Pato no pudo contener su felicidad ante la perspectiva de pasar tiempo con Lando. Lo había estado extrañando más a cada segundo, y aunque aún faltaban algunos días para poder verlo, saber que iban a estar juntos se sentía como un ungüento para su dolor. Ese día se durmió con la mirada amorosa de Lando en mente y al día siguiente, cuando ganó la carrera, lo que más lo hizo feliz fue imaginar la sonrisa orgullosa del británico.

Al terminar con las entrevistas post carrera rechazó la invitación del equipo para salir a comer. Quería llegar a su habitación de hotel y llamar a Lando, esperaba que él hubiese visto la carrera en la cual más de una vez perdió posiciones y las remonto como si hubiese predicho los movimientos de sus contrincantes desde el inicio, deseaba impresionarlo con el hecho de ser el piloto en liderar más vueltas; pero incluso si Lando había estado ocupado y no vio la transmisión, Pato le contaría cada detalle.

Casualidad (Pato/Lando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora