Capítulo cero | Nuestro primer escándalo juntas

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Capítulo cero | Nuestro primer escándalo juntas

Capítulo cero | Nuestro primer escándalo juntas

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20 de enero de 2018.

Hay muchas cosas que recomiendo evitar si no quieres causar una mala impresión la primera vez que estás junto a la chica que te gusta...

Insultarla cuando acaba de ganar el reconocimiento más importante de su vida, por ejemplo, es una pésima idea.

Confía en mí, te lo digo por experiencia.

No obstante, cuando llevas toda tu vida trabajando para conseguir algo y luego al último minuto alguien te lo quita, ser amable con quien se lo llevó no es exactamente lo primero que pasa por tu mente, ¿verdad? Por eso esta historia comienza con una tragedia... La tragedia de decir la cosa menos oportuna a la persona menos indicada y hacer el ridículo frente a millones de espectadores en televisión internacional.

Honestamente, la única vez que sufrí otra humillación similar fue cuando mi banda favorita prometió volver y le creí. Pero eso lo cuento después.

En fin, para dar un mejor contexto de cómo inició todo, creo que es mejor empezar un poco antes del desastre. Concretamente, cuando aún corría por los pasillos del enorme estadio donde se celebraba el evento deportivo más importante del mundo... Huyendo de un grupito de chinos que me perseguían para derribarme.

Un día cualquiera en mi vida, la verdad.

¿Cómo había llegado hasta ese punto? Bueno, esa era una excelente pregunta. Te voy a dar otro consejo y es que si en algún momento ves una mesa con lo que parece ser muestras gratis de comida, tal vez sea buena idea confirmar que efectivamente se trata de muestras antes de comerte varias al mismo tiempo y sin preguntar.

Yo no lo había hecho, claro, por eso estaba corriendo.

A mis espaldas, un trío de miembros pertenecientes al comité de organizadores me perseguía como si acabara de atracar un banco, y dado que los tres hablaban mandarín, puesto que la competencia transcurría en China, ni ellos lograban entenderme a mí ni yo a ellos.

«¡Socorro! ¿Cómo le explico a esta gente que yo soy una de las atletas y que mi único pecado es que me gusta el pollo frito?»

Siendo sincera, durante los nueve días que llevaba en Beijing preparándome para la ardua competencia, los organizadores siempre habían sido muy atentos y hospitalarios conmigo, enseñándome cosas interesantes sobre la cultura china y alimentándome con comida rica. El problema era que ninguno de estos tres hombres tenía cara de querer dialogar, y como yo deseaba vivir, no me quedó más remedio que salir corriendo.

En ese punto ya no tenía idea de cuántas vueltas había dado o por cuáles pasillos me había metido. Mi único objetivo era volver hacia el recinto principal, donde seguro la importante entrega de medallas ya estaba por comenzar, pero debido a que el lugar era inmenso y muchas de sus áreas lucían iguales, no sabía si cada vez me acercaba o alejaba más de mi destino.

El inesperado problema de Mackenna Keals ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora