Chapter 3 |The hatred of the children of traitors|

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Capitulo 1 |El odio de los hijos de los traidores|



El ring de lucha es donde  se crean o se quiebran los jinetes. Después de todo, ningún dragón que se respete elegiría a un jinete que no puede defenderse solo, y ningún cadete que se respete permitiría que una amenaza como esa para su ala siguiera entrenando.

—Guía del Comandante Afendra para el cuadrante de jinetes (edición no autorizada).

— Juliette —

Escuchaba como el capitán Fitgzibbons leía la lista de muertos, y solo podía pensar en la gran cantidad de incompetentes que se postularon este año. Todo el patio se encontraba en completo silencio y poco a poco todos comenzaron a entrecerrar los ojos para protegerse del sol matutino.

Esta mañana todos se encontraban vestidos de negro al ser oficialmente integrantes del cuadrante de jinetes, pero yo vestía el mismo uniforme gris que me había sido otorgado por mi padre con la diferencia de que se encontraba una estrella plateada de cuatro puntas en el cuello, la marca de primer año, y un parche del ala cuatro en el hombro. A pesar de que el día anterior nos habían entregado un uniforme estándar, túnicas veraniegas entalladas, pantalones y accesorios cuando se terminó lo del parapeto, pero no nos dieron ropa de cuero para volar.

Era algo obvio que no nos dieran los uniformes de combate, que son más gruesos y ofrecen más protección, cuando la mitad de nosotros no llegaremos a la Trilla en octubre.

Tras las últimas veinticuatro horas y una noche en las barracas del primer piso, comencé a darme cuenta de que el cuadrante es una extraña mezcla de un hedonismo del tipo podríamos-morir-mañana y una eficiencia brutal por esta misma razón,

El capitán Fitgzibbons continuaba nombrando nombres, creo que iba por los cincuenta, la verdad no estaba prestando atención, ya que saber los nombres de los no aptos no me interesaba para nada, eran simplemente unos debiluchos que no se merecían el honor de portar el negro.

Somos ciento cincuenta y seis en el primer piso del edificio de dormitorios y nuestros catres están acomodados en prolijas filas en el espacio abierto. Solo espero a que llegue la Trilla para obtener el honor de portar el negro y tener mi propia habitación privada.

—Simone Castañeda. — El capitán Fitzgibbons cierra la lista—. Que sus almas estén con Malek. —El dios de la muerte.

No hay una conclusión formal a la ceremonia ni un último momento de silencio. Los nombres de las listas se bajan de la tarima con los escribas y la paz se rompe mientras los líderes de pelotón se dan la vuelta y comienzan a hablar con sus grupos.

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