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Habían transcurrido ya alrededor de 3 horas desde que Enid y Wednesday se habían decidido por tomar su tan preciado vino

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Habían transcurrido ya alrededor de 3 horas desde que Enid y Wednesday se habían decidido por tomar su tan preciado vino. Como era de esperarse, al terminarse esa botella siguieron con dos más.

Enid se encontraba durmiendo con medio cuerpo recostado sobre la mesa.

Wednesday estaba dormida en la alfombra abrazada a una botella de vino vacía.

Por otra parte, Yoko dormía plácidamente abrazada de Divina sobre el sillón de la sala.

Escucharon un par de golpes en la puerta que solo hicieron despertar a Divina. Abrió los ojos con impresión al darse cuenta de que su cara estaba a escasos centímetros de la del rubio. Fijo su mirada en el brazo de Kyo quien la mantenía abrazada de la cintura.

Oh Dios, ¿qué hice?

Con sumo cuidado retiró el brazo del chico de su cuerpo con temor a despertarlo, pero tal parece que su sueño era muy pesado, ya que ni se inmutó en mover un solo dedo.

Se frotó la cara y caminó hasta la puerta encontrándose con su chofer.

- Hey... Alfred - Saludó Divina con nerviosismo.

- Disculpe señorita Divina, yo solo... bueno, ya ha pasado mucho tiempo y yo solo venía a corroborar que todo estuviera en orden -Comentó Alfred.

- Sí.. todo esta en orden Alfred, no te preocupes, yo... bajaré en unos minutos ¿esta bien? -- El hombre asintió retirándose - Uff...

Divina sintió un dolor punzante en su cabeza, iba a caminar hacia la cocina por un vaso con agua cuando de pronto vio a un chico tirado en la alfombra. Se cubrió la boca para no gritar, estaba imaginándose lo peor pero de pronto vinieron a ella los recuerdos de su hermana llegando con aquel chico que ahora dormía plácidamente abrazado a una botella.

Entonces no fue un sueño.

- ¿Enid? ¿Estás aquí? - Divina recorrió la sala sin éxito, hasta que encontró a su hermana en la cocina durmiendo sobre la mesa - Ens, despierta... tenemos que irnos.

- ¿Hmm? - Enid seguía adormilada - Cinco minutos más, mamá...

- No soy tu mamá, soy Divina. Despierta, tenemos que irnos a casa, vamos... - la movió de un lado a otro. Pensó que simplemente no quería levantarse, así que la empujó con un poco de fuerza logrando que cayera al piso - ¡Enid! No se suponía que debías dejarte caer...

- ¡Ay!- Enid soltó un gemido de dolor mientras se frotaba la espalda baja - Diablos Div... ten un poco más de consideración ¿quieres?

- Levántate... tenemos que irnos, es tarde, papá comenzará a preguntarse por nosotras. Ya tengo varias llamadas perdidas de mamá - Divina ayudó a su hermana a levantarse del piso - Mira nada más como estás... ¿eso en tu ropa es vómito?

- ¡¿Vómito?! ¿Dónde? - Enid se escaneó de pies a cabeza encontrándose con una horrible mancha color marrón sobre su falda - Oh eso... sin querer derramé un poco de vino.

She | Wenclair Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora