El héroe de la hada terminó siendo el villano de su pueblo.
Y como dicen muchos...
✎𝚄𝚗 𝚑𝚎𝚛𝚘𝚎 𝚝𝚎 𝚜𝚊𝚌𝚛𝚒𝚏𝚒𝚌𝚊𝚛í𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚜𝚊𝚕𝚟𝚊𝚛 𝚎𝚕 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚞𝚗 𝚟𝚒𝚕𝚕𝚊𝚗𝚘 𝚜𝚊𝚌𝚛𝚒𝚏𝚒𝚌𝚊𝚛í𝚊 𝚊𝚕 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚜�...
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El bosque encantado del mundo celestial es el lugar indicado para cualquier hada que quiera practicar sus artes mágicas. El espacio amplio no limita el alcance de tus habilidades, el aire fresco ayuda a relajar la mente para enfocarse en los hechizos, pero lo que en realidad es mágico de este lugar son las cascadas. El sonido del agua cayendo y estampándose contra el río es una melodía que aligera los pensamientos de todo ser vivo, trae paz y comodidad al espíritu interior.
En este lugar lleno de árboles de diferentes colores es normal oír sonidos de tintineos, son las hadas celestiales, hijas de deidades. Ellas son la categoría más elevada en el reino de las hadas, pues su forma humanoide es natural, no provienen de una fruta o planta como el resto. Aunque hay algunas veces que también se pueden apreciar ciertos destellos blancuzcos entre los arbustos, son rastros estelares de la hija de la deidad Namjoon, Chaeryeong. Una joven de cabellos tan oscuros como la sombra, sus ojos acompañan la belleza de su ondulada melena, sus rojizos y pomposos labios son los protagonistas de su elegante rostro. Y este día no era la excepción.
Ahí estaba ella. Sus brazos danzaban al compás del hechizo, la postura era perfecta, ningún ángulo estaba errado. Las puntas de los dedos estaban extendidas de tal manera que creaban fluidez con el aire que la rodeaba. El aura blanca que emanaba de su cuerpo se fusiona con su entorno a la perfección y es entonces cuando ella es capaz de soltar una pequeña sonrisa de orgullo. Pero en cuestión de segundos esa expresión se convirtió en una de soberbia, con confianza intentó realizar un hechizo más complicado.
Primero extendió ambos brazos al cielo y juntó las palmas de sus manos. Respiró profundamente al compás que elevaba su pierna derecha formando un perfecto ángulo de sesenta grados y dejando la izquierda en una línea perfectamente recta. Lentamente bajo los brazos formando un triángulo y la pierna alzada iba descendiendo hacia atrás, extendiendo todo su cuerpo. Una vez que la pierna estaba completamente estirada Chaeryeong cruzó las manos entrelazando las muñecas y de un brusco movimiento las alzó por detrás de su cabeza. Todo su cuerpo estaba extendido liderado por su pierna izquierda, seguía el torso y después la cabeza, por último estaban los brazos y la pierna derecha estirados como si de un cisne expandiendo sus alas se tratase. Respiró profundo y con un gran movimiento, tiró su cuerpo hacia atrás sin moverse del lugar y movió sus brazos hacia adelante creando una corriente de aire tan potente como un huracán. Sonrió al ver el resultado, pero duró poco, se desvaneció por completo al ver como su hechizo se volvía hacia ella. Intentó frenarlo, pero el resultado no fue el esperado. La azabache cerró los puños con bronca al verse tirada en el césped.
-Deberías tener más cuidado la próxima vez- Una voz cálida y profunda se escuchó en todo el bosque, era el padre de la hada, la deidad Namjoon. -Si sigues practicando de esa manera vas a terminar envejeciendo antes que yo- La ayudo a levantarse y le sacó los restos de hojas que habían quedado en su oscura melena.
