𝐈𝐍𝐌𝐎𝐑𝐓𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 ೃ⁀➷𝓡𝒾𝒸𝓀𝓎𝓎𝒾𝒽

✎Capítulo cuatro༊*·˚

La ciudad de las sombras era un caos, las almas en pena de las hadas asesinadas habían invadido todo el lugar y los cuerpos de la gente de mente más débil. La pelirroja luchaba con todas sus fuerzas, si su amo se enteraba de este desastre iba a estar en grandes problemas. La mujer mataba sin compasión a la gente, después de todo no eran más que contenedores de almas en busca de venganza, pero al ser tantas las personas no fue capaz de ver a quién la iba a atacar por detrás. No iba a llegar a darle con la espada.

De golpe una sombra gigante apareció en el medio de la ciudad, un hombre con una máscara negra, la cuál le cubría casi toda la cara, ayudó a la mujer. Y con tan solo un movimiento de manos logró crear una onda expansiva lo suficientemente fuerte como para que todas las personas, invadidas por las almas de esas hadas, se alzarán en el cielo. Una vez inmovilizada toda la gente, el hombre atrajo la energía malvada y la absorbió. Los cuerpos cayeron inertes en la fría nieve. Algunos estaban muertos, otros sólo habían perdido el conocimiento.

-Mi lord...- La pelirroja bajó la cabeza ante la caminata del hombre. Lo siguió con miedo.

Seguidos de guardias ambos llegaron al lugar donde estaba ese gran caldero partido al medio. El hombre, con ira en sus ojos, lo reparó y transfirió la energía que había absorbido al caldero.

-Sígueme, Yunjin- La primera sala del pabellón a la que fueron era la que tenía aquel libro del destino, el hombre tenía una inmensa sed de sangre al ver que la hoja no estaba ahí.

-Soy una inútil, lord, usted confío en mí y yo no pude ni siquiera evitar que alguien se llevará el libro del destino, merezco la muerte- Yunjin cerró los ojos, estaba arrodillada frente a él, quién ni siquiera la miraba.

-Es verdad, mereces la muerte pero eso sería demasiado fácil para tí- La miró con superioridad. -Ese libro del destino es la clave para nuestro plan, no puedo matarte porque eres la única que sirve en todo este pabellón- Miró con asco la mirada asustadiza de su secuaz. -Pero te aseguro que apenas lo recupere lo primero que haré es acabar con tu asquerosa vida-

-Lord, yo puedo recuperarlo, será como una disculpa por mi inutilidad-

-Espero que lo logres- Yunjin sintió que el aire volvía a sus pulmones. -¿Tienes alguna información sobre el hombre que destruyó todo?- La pelirroja negó.

-Solo que es alguien extremadamente poderoso, diría que uno de los más grandes de todos los reinos- El hombre pateó un objeto, estaba molesto.

-¡Necesito detalles que sirvan! ¡Todo el desastre que generó nos dice exactamente la misma estupidez que salió de tu boca!- Suspiró y miró de vuelta a ella. -¿Tienes algún dato relevante o solo simples observaciones que hasta un niño podría deducir?-

-Sé de dónde es el ladrón del libro del destino, es del reino de las hadas- El hombro no podía creer lo que escuchaba.