✎Capítulo nueve༊*·˚

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Todas las hadas se escondían de la gran bestia, por suerte habían logrado encontrar un agujero en el árbol más cercano aunque, al ser tan pequeño, muchas se estaban quedando sin aire

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Todas las hadas se escondían de la gran bestia, por suerte habían logrado encontrar un agujero en el árbol más cercano aunque, al ser tan pequeño, muchas se estaban quedando sin aire. Para colmo el tronco no dejaba de sacudirse debido a los arañazos feroces de aquella alimaña. Las hadas gritaban en busca de ayuda, pero nadie venía.

-Nos podemos quedarnos aquí para siempre, tarde o temprano destruirá este árbol- Una castaña lloriqueo al oír las palabras del hada más poderosa, Chaeryeong.

-Podríamos encerrarlo- Ofrece la rubia entre tanto griterío y todas se callan ante la ridícula propuesta. -Si juntamos todas los orbes podremos contenerlo-

-Deja de decir tonterías- Y sin más la empujó para hacer más espacio. Bahiyyih se quejó al recibir un golpe en la cabeza.

-Esto no va a funcionar, alguien tiene que salir, distraer a la bestia mientras el resto escapa y van por la deidad Jisoo- La rubia seguía proponiendo mientras intentaba aliviar el dolor en su nuca.

-Hagan lo que dice, denle las orbes, funcionará como distracción- Todas obedecieron a Chaeryeong entregándole las diminutas esferas de colores a la jóven hada. -Ten cuidado- La rubia abrió sus ojos con gran sorpresa, no estaba en sus planes ser la carnada.

La margarita suspiró, se levantó como pudo e intentó escapar por el agujero contrario, era considerablemente más chico, pero eso no le iba a impedir lograr salir. Con cuidado y evitando hacer el máximo ruido posible salió por completo del tronco. Dio unos pasos hacia atrás, se escondió entre la maleza y pensó en sí esto estaba bien. Casi parecía una misión suicida. Buscó una rama, no para defenderse, obvio, sino para cortarse, las bestias eran conocidas por tener un gran olfato y un gusto culposo por la sangre de las hadas, en especial las florales y frutales. Se sintió aliviada al encontrar una rama lo suficientemente puntiaguda, con algo de miedo y nervios se clavó el objeto en el brazo, la sangre comenzó a caer bañando su piel en un tono carmín. Leves gotas cayeron al césped. Y entonces, cuando escuchó que la bestia se había detenido, que ya no estaba golpeando aquel tronco, comprendió que había captado su atención.

-¡Oye, maldito monstruo del invierno! ¡Ven a atraparme si te atreves!- Alzó su brazo para que el viento llevará el aroma de su sangre hasta las fosas nasales de la bestia. Un gruñido fue más que suficiente para que ella empezará a correr siendo perseguida por el blancuzco animal.

Mientras Bahiyyih corría con gran velocidad, más que nada debido a la adrenalina que su cuerpo sentía. Las hadas escapaban del tronco, debían llegar cuanto antes con las deidades superiores. La vida de todos peligraba, en especial la de aquella hada rubia.

-¡Padre! ¡Padre!- Entró corriendo y gritando Chaeryeong al salón donde estaban todos los superiores viendo el exámen. -Rápido, deben ayudarnos, la margarita del salón del destino está en peligro, una bestia enloqueció y empezó a atacarnos- Nadie se movía, por más que ellas suplicaran.

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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