✎Capítulo uno༊*·˚

55 6 0
                                    

En el reino de las hadas existe un lugar sobre las nubes donde el cielo, durante el día, siempre es rosado con tonos anaranjados, un lugar donde siempre hay luz y la oscuridad no hace acto de presencia, salvó por la noche, que aún así es brillante...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En el reino de las hadas existe un lugar sobre las nubes donde el cielo, durante el día, siempre es rosado con tonos anaranjados, un lugar donde siempre hay luz y la oscuridad no hace acto de presencia, salvó por la noche, que aún así es brillante gracias a las estrellas que adornan el cielo nocturno. Ese lugar es el salón del destino, donde se cuidan las vidas destinadas de cada ser que habita este mundo.

Lo más característico de ese sitio es el gran árbol que habita en el fondo del lugar. Su tronco es tan ancho como el cuerpo de tres personas juntas, sus ramas son extensas y en ellas hay millones de hojas anaranjadas, las protagonistas de este lugar. Pues ellas son quienes poseen el destino de cada uno.

Este lugar le pertenece a una entidad sumamente poderosa, pero hace años que no hay rastro de ella. En su lugar está su aprendiz, una hada que tiene como forma natural el cuerpo de una margarita. Ella es la encargada de reparar las hojas si algún problema inesperado surgía en la vida de la gente, aunque debía tener mucho cuidado de no modificar el destino. Ese es su único trabajo.

Su aprendiz es conocida como Margarita en el mundo de las deidades, muy pocos conocen su nombre, solamente sus amigos más cercanos. La joven Bahiyyih, Hiyyih para los amigos íntimos, tuvo la mala suerte de ser una hada con un poder demasiado débil, su cultivación del mismo era inferior en comparación a las hadas de su misma edad, aunque eso se debía a un pequeño error por parte de su maestra. Y es que si bien era una deidad muy poderosa y respetada, digamos que al estar casi siempre sola únicamente tenía como compañía el alcohol, el cual no es el más recomendado para utilizar en la raíz de la inmortalidad de un hada.

Por suerte Bahiyyih tenía el suficiente poder para hacerse cargo de las tareas más simples hasta que su maestra regresara de su viaje.

Casi siempre la pequeña margarita se levantaba alrededor de las diez de la mañana, no le gustaba madrugar. Generalmente si se despertaba más temprano era porque alguna hoja la necesitaba o porque la solicitaba alguna hada o deidad que quisiera saber su destino. En el primer caso, la hada hacia uso de una pulsera especial, regalo de su maestra. Era un brazalete con pequeños ramas doradas y una hoja anaranjada, la cual brillaba si alguna hoja requería ser reparada. También ese accesorio le servía como despertador, pues cada vez que se iluminaba venía acompañado de un sonido de cascabeles.

La joven de cabellos dorados cuál el oro abrió un ojo, se arrodilló en la cama y se pasó las manos por sus ojos para despertarse.

-Hora de cumplir con mi labor- La chica caminó con energía hasta el gran árbol.

Miro sonriente la hoja que resplandecía por encima de las demás con un tono amarillento, estiró su brazo, junto dos dedos y los apuntó en dirección a la hoja. Un aura celeste emanó de sus dedos, el otro extremo se aferró a la hoja, lentamente el objeto iba bajando hasta caer en la palma de la mano de la rubia.

Con la hoja en sus manos la joven miró a la mesa que estaba en el medio de la gran terraza, su mirada se entristeció.

-Maestra, hace 500 años que se fue al mundo mortal, ¿Cuando piensa volver?- Se sentó en su habitación, donde tenía una pequeña mesa de trabajo.

𝐈𝐍𝐌𝐎𝐑𝐓𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 ೃ⁀➷𝓡𝒾𝒸𝓀𝓎𝓎𝒾𝒽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora