V Incomodidad inquietante

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Gracie

Sentí un nudo en el estómago mientras me acercaba al club de lectura. Desde aquel día en la caída, cada vez que veía a Alexander, un torrente de nervios empezaba a burbujear en mi interior. Había tratado de evitarlo a toda costa, encontrando excusas para no reunirme con Leah y alejándome de los lugares donde sabía que podía encontrarlo. Mis semanas se habían vuelto un ejercicio de evasión, y ahora, aquí estaba, cara a cara con él.

Al entrar al aula, mis mejillas comenzaron a arder. Me sentía un manojo de nervios, incapaz de pensar con claridad. Pero para mi sorpresa, Alexander aún no me había notado. Así que me dirigí de manera instintiva a la esquina más lejana de la sala, como si el simple hecho de estar a su lado pudiera hacer que me desmayara.

El profesor nos pidió que escribiéramos nuestros nombres, nuestros libros favoritos, uno que recomendaríamos y otro que detestáramos. Con manos temblorosas, llené el papelito. Mientras lo hacía, mi mente divagaba, preguntándome cómo había sido capaz de elegir un libro que encajara en sus gustos. Sentía una mezcla de curiosidad y ansiedad mientras esperaba que el profesor comenzara a leer los nombres. ¿Qué tal si me emparejaba con alguien con quien no tuviera nada en común? Mi corazón latía con fuerza.

Cuando el profesor comenzó a pronunciar los nombres en voz alta, traté de calmarme. Tenía que estar concentrada. Y entonces lo escuché. "Alexander Bustamante", dijo el profesor. Mi corazón se detuvo por un segundo. ¿Quién sería la afortunada que se sentaría a su lado? Pero, para mi horror y asombro, escuché mi nombre justo después. "Gracie Cooper." Mi mente no podía procesar lo que estaba sucediendo.

Lo primero que vi al levantar la mirada fue a Alexander buscándome entre los rostros, y cuando finalmente me encontró, me lanzó una mirada intensa que no supe cómo interpretar. Me sentí como si hubiera caído en un abismo, perdida y confundida. La distancia que había intentado mantener se evaporó en un instante. Con un hilo de determinación, me acerqué a él y me senté a su lado, en un silencio ensordecedor.

Eras como una mezcla de emociones arremolinándose en mi interior. Me moría de curiosidad por saber qué libros había elegido para compartir esta experiencia. No era fácil, porque honestamente no lo imaginaba disfrutando de la lectura. La incomodidad, la curiosidad y un ligero temor se entrelazaban mientras me sentaba, sin atreverme a decir una sola palabra. ¿Y si no teníamos nada en común? ¿Y si la batalla entre mis nervios y su mirada se convertía en mi ruina?

Cuando el profesor John visualizó que todos ya estábamos en nuestro lugar asignado, su rostro se iluminó con una idea. —Bien, comenzaremos con una nueva dinámica — anunció, y sentí que mi corazón se aceleraba. La idea de compartir mis gustos literarios era siempre un desafío, especialmente en un entorno en el que todos parecían tan seguros. Contemplé la posibilidad de que me elegieran.

A medida que el profesor miraba a la clase, comencé a sacudir la cabeza suavemente, en un intento de hacerle entender que no quería ser la primera. Francamente, me aterraba la idea de tener todos los ojos sobre mí. Sin embargo, noté cómo su mirada se posó en mí con una sonrisa amistosa, como si intentara darme ánimos.—Gracie—dijo al fin, y mi corazón se hundió, — compartenos tu escritor favorito — Respiré hondo, sintiendo que me temblaban las manos.—Uh, bueno, mi autor favorito es Oscar Wilde—comencé, intentando infundir valor a mi voz. Hablé sobre su ingenio y su capacidad para reflejar la complejidad de las relaciones humanas, mencionando que su obra 'El retrato de Dorian Gray' siempre me había intrigado. Todo fluía bastante bien, hasta que noté que Alexander Bustamante levantaba la mano.

El profesor le cedió la palabra, y yo tuve la sensación de que mi momento perfecto estaba a punto de desmoronarse.

— Oscar Wilde es sobrevalorado —comenzó Alexander con tono desafiante, sus ojos fijos en mí. — Su estilo es más pretencioso que auténtico. Está lleno de aforismos ingeniosos, pero al final, ¿qué nos dice realmente sobre la vida?

Odio amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora