Las historias presentadas aquí no son de mi autoría. Me limito a traducirlas al español. Los créditos corresponden a sus respectivos autores, quienes serán mencionados en cada historia.❗
Este contenido puede incluir material explícito. Si no te sien...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A Helping Hand
˖ ࣪⊹ ִ┈┈┈┈ ♰ ┈┈┈┈ ⊹ ִֶָ𓂅
→Autor: sunfyresrider en Tumblr
→Advertencias: porno con trama, Alicent siendo un poco espeluznante, voyeurismo, masturbación, cunnilingus, digitación
→Núm.Palabras: 2364
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Uno de los lugares favoritos de Alicent para relajarse y aliviar el estrés del día era la sauna privada dentro de su lujoso edificio de apartamentos. Las viejas cocineras que vivían cerca de ella rara vez la usaban, lo que la convertía en un lugar de soledad. Ese día no fue diferente; Alicent se quitó sus costosas telas habituales y se puso una bata de seda, empacó su bolso con lo esencial y se dirigió a su lugar de consuelo.
Cuando se acercó, fue sacada de sus pensamientos pacíficos, sus oídos captaron un ruido casi inaudible. Alguien, más específicamente una mujer, estaba en la sauna. Apretó su cabeza contra la pared, escuchando atentamente el sonido. No eran más que suspiros ahogados de placer y gemidos silenciosos. Quienquiera que fuera, sonaba como si se estuvieran divirtiendo. Alicent se asomó por la esquina y, tal como sospechaba, la puerta estaba entreabierta y la luz brillaba a través del hueco, revelando a su amigable vecina.
Parecías núbil y joven, el calor de la sauna hacía que tu piel brillara de sudor y el rubor en tus mejillas era hipnótico. Alicent observaba con deseo tu pecho agitado, tus senos rebotando libremente, solo constreñidos por un par de braguitas de bikini. Tenías las piernas estiradas frente a ti, mientras frotabas tu clítoris a través de la fina tela, tu cabeza inclinada hacia atrás.
Alicent no sabía por qué, pero se sentía como una voyeur. Eras demasiado hermosa para ignorarla, y verte darte placer, escuchar los sonidos lascivos de tu coño le hacía la boca agua. Tenías problemas para terminar, la fina capa de tela que te separaba de tu clímax solo trabajaba para frustrarte aún más. Tus gemidos de placer rápidamente se convirtieron en un suspiro de fastidio, comenzaste a sentarte, preparándote para irte y renunciar a ti misma.
