Las historias presentadas aquí no son de mi autoría. Me limito a traducirlas al español. Los créditos corresponden a sus respectivos autores, quienes serán mencionados en cada historia.❗
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Nipple play ˖ ࣪⊹ ִ┈┈┈┈ ♰ ┈┈┈┈ ⊹ ִֶָ𓂅
→Autor: illusioninfnty en Tumblr
→Advertencias: nsfw 18+, lectora femenina, lectora con un pecho grande, actos sexuales semipúblicos
→Núm.Palabras: 835
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Siempre te fijaste en cómo la reina viuda Alicent siempre venía a visitar a sus nietos cuando tú los cuidabas. Después de las primeras dos veces, ya no era una coincidencia que ella pasara por la habitación cuando estabas solo tú y los bebés.
Hoy, sin embargo, fue la primera vez que te visitó cuando tus pechos estaban afuera, alimentando a los gemelos, uno succionando de cada pezón.
"Pido disculpas por mi indecencia, mi Reina..." comienzas antes de que ella levante una mano.
"No hace falta. Fue mi intrusión, querida" Alicent te dirige una sonrisa temblorosa y no puedes evitar notar que sus ojos siempre se las arreglan para mirar hacia abajo. Has tenido un pecho grande desde que eras joven y, a esta altura de tu vida, puedes saber cuándo la gente te mira con lascivia.
Nunca hubieras imaginado que la Reina Viuda sería una de esas personas.
Ella se para orgullosa frente a ti, con la barbilla levantada. Lleva su característico vestido verde Hightower y su cabello cae en suaves ondas, lo que aún deja ver su juventud. Con sus hijos ya teniendo bebés, siempre olvidas lo cerca que están de la edad.
Sin embargo, sus ojos cuentan una historia muy diferente a su postura, ya que esconden mucha curiosidad y un poco de vergüenza. Ya has visto esto antes con varias mujeres con las que te has enredado. La vacilación a la hora de admitir su atracción hacia otra persona de su sexo, algo mal visto en todo Poniente.
"¿Te gustaría verlos?", haces un gesto hacia los gemelos, a quienes sostienes en cada brazo.
Ella permanece en silencio, evitando tu mirada. Puedes ver cómo se muerde el interior de la mejilla, como si estuviera pensando qué decirte. Pero tú ya sabes lo que viniste a buscar.
Simplemente la miras con complicidad y dices que los acostaras para que se echen una siesta rápida.
Después de acomodar a los bebés, te giras hacia la reina viuda. Tus pechos todavía se derraman por encima de tu vestido, incapaz de ajustarlos mientras sostienes a los dos niños. Alicent ya no la devuelve la mirada.
Te acercas a ella, con paso pensativo para no asustarla. Notas cómo su respiración se acelera, sin duda el corazón le late más deprisa en el pecho.
"¿Te gustaría tocarlos?", le preguntas. Bajas aún más la parte superior de tu vestido, tus pechos cuelgan libremente y tus pezones se endurecen por el aire fresco.
Un breve jadeo sale de sus labios mientras te mira y luego extiende una mano vacilante. Su mano es suave, sus dedos delicados mientras trazan tu pecho, concentrándose en tu pezón. Alicent tira del pezón, no demasiado fuerte, pero lo suficiente como para provocar un hormigueo en tu cuerpo. Gimes ante su toque antes de volver a centrar tu atención en ella.
"¿Puedo?", le haces un gesto hacia su propio pecho. Ella te mira pensativa y, justo cuando crees que te va a negar el favor, intervienes.
"Será una sensación agradable, igual que me pasa a mí".
La reina viuda debe ver cómo te da placer su tacto, porque sólo le toma un par de segundos asentir. "Entonces puedes".
Te mueves detrás de ella para desabrochar los cordones de su vestido, sólo lo suficiente para que sus pechos queden expuestos.
Ella va a cubrirlos con su brazo, pero tú los retiras suavemente de su pecho. Colocas una de sus manos sobre tu pecho al mismo tiempo que colocas una de las tuyas sobre el de ella.
Alicent parece imitar tus propios movimientos, y su inexperiencia se hace patente. Tiras de su pezón con fuerza mientras ella suelta un gemido, agarrándote los antebrazos para mantener el equilibrio. Se arquea hacia ti cuando rodeas uno de sus pezones con el pulgar y no logra disimular su gemido cuando te inclinas para lamer el otro.
Sus manos se entrelazan con tu cabello mientras prestas la misma atención a cada pecho, alternando entre tocar, pellizcar y chupar sus pezones.
Es entonces cuando un grito desgarrador de uno de los bebés resuena desde el otro lado de la habitación.
Te alejas de la Reina Viuda mientras estiras el cuello, viendo cómo los bebés ya se han despertado de su rápida siesta.
Te giras hacia Alicent mientras te alisas el vestido. "Debo volver a mis deberes ahora, mi reina. Creo que la pequeña Jahaerya y Jaehaerys todavía pueden tener hambre".
Alicent parpadea en silencio, mirándote con sus ojos muy abiertos. Cuando empiezas a abrocharle el corsé y a ajustarle la parte superior del vestido, parece que finalmente recupera la compostura. "Sí. Por supuesto. Sí, puedes irte". Sale tranquilamente de la habitación de los niños, pero no antes de que notes la leve mancha roja que cubre sus mejillas.
Sonríes ante tu nuevo conocimiento de los gustos de la Reina Viuda y regresas a cuidar a los niños.