Capítulo 11

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—¡Lisha! —exclaman al unísono— Hemos oído mucho sobre ti.

—¿Quiénes son ustedes? —pregunto, intrigada.

—Myra —dice una, señalándose a sí misma.

—Syra —replica la otra, imitando el gesto—. Nos encanta conocer a personas nuevas, especialmente a las que se atreven a explorar más allá de lo obvio.

Ambas tienen la misma altura y complexión esbelta, con una gracia natural que les permite moverse con una fluidez casi sobrenatural. Tienen rostros delicados, con pómulos altos y mandíbulas definidas que enmarcan sus ojos grandes y expresivos. Sus ojos, de un color ámbar profundo, parecen brillar con una luz interna, reflejando una mezcla de astucia y diversión. Tienen pestañas largas y densas, y sus cejas perfectamente arqueadas realzan aún más su mirada penetrante. El cabello de las gemelas es largo y lacio, de un color negro azabache que contrasta fuertemente con su piel pálida, casi translúcida, dándoles un aspecto etéreo. <<Parecen gatos>> pienso, <<Traviesos y encantadores>>.

Hay algo en su presencia que es tanto encantador como desconcertante. No puedo evitar sentir que saben más de lo que dejan ver, como si estuvieran jugando un juego cuyas reglas aún no conozco.

—Vamos, ven a jugar con nosotras —dice Myra, tomando una de mis manos.

—Sí, será divertido —añade Syra, tomando la otra.

<<Bueno, en lo del juego no me equivoqué>>

El juego anterior me llevó a rincones oscuros de mi mente, despertando recuerdos confusos que no sabía que tenía. Pero ahora, una parte de mí quiere seguir adelante, quiere ver hasta dónde me llevarán estos juegos, incluso si eso significa perderme en el proceso. Una oleada de adrenalina empieza a llenarme.

<<¿El juego anterior?>>

Antes de que pueda responder, me veo arrastrada por ellas hacia otra parte del club. A medida que nos movemos, siento cómo la energía del lugar se intensifica, como si Syriun estuviera cobrando vida a nuestro alrededor. Las gemelas me llevan a un rincón donde las luces parpadean más rápido, creando un efecto casi hipnótico. La música se vuelve más fuerte, envolviéndonos en su ritmo mientras la gente a nuestro alrededor parece desaparecer, dejándonos a solas en nuestro propio mundo.

Y ahí, en medio de esa oscuridad vibrante, me doy cuenta de que he cruzado una línea de la que ya no puedo volver. Syriun me ha capturado en su red, y por primera vez, no estoy segura si quiero escapar. Las respuestas que he estado buscando están cerca, pero sé que también hay algo más.

<<Enfócate. ¡Despierta!>>

Pero en ese momento, con Myra y Syra girando a mi alrededor, con Tara y Vagne observando desde las sombras, y la silueta del hombre acechando en la distancia, todo lo que importa es lo que está sucediendo ahora. Siento que estoy al borde de un precipicio, a punto de saltar hacia lo desconocido, y no hay nada que desee más.

El brillo tenue de las luces del club se refleja en las sonrisas traviesas de las gemelas, quienes se mueven con una gracia particular, sus figuras casi indistinguibles bajo la luz parpadeante. Me rodean, susurros dulces y promesas de diversión bailan en el aire, mientras sus manos suaves me guían a través del espacio. Todo parece más vivo, más vibrante, como si Syriun tuviera el poder de intensificar mis sentidos.

"Es un lugar donde se experimenta con cosas..." la voz de Vagne invade mis pensamientos.

—Myra y Syra —susurro, sus nombres saliendo de mis labios como si los hubiera conocido toda la vida, aunque mi mente sabe que eso no es posible—. ¿Qué es lo que quieren?

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⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

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