Mi corazón da un vuelco. No hay duda de que quieren apartarme de Elyse. La cuestión es por qué, y qué voy a hacer al respecto.
Miro a Elyse, quien parece confundida, pero no asustada. Le doy un leve apretón en el brazo, intentando transmitirle tranquilidad.
—Te alcanzaré en un momento —le digo, forzando una sonrisa— No te preocupes.
Me vuelvo hacia Vagne, preparándome mentalmente para lo que venga después.
Vagne me conduce por otro pasillo, diferente al anterior, más oscuro y estrecho, como si estuviéramos adentrándonos en las entrañas del lugar. Mi corazón late con fuerza, una mezcla de nervios y curiosidad se agita en mi pecho. No puedo evitar sentir una atracción extraña hacia Syriun, una especie de magnetismo que me empuja a descubrir sus secretos, aunque sé que puede ser peligroso.
—¿Adónde me llevas? —pregunto, intentando mantener mi voz firme. Vagne no responde de inmediato. Camina con paso decidido, su figura imponente no contrasta con la amabilidad que mostró antes. Finalmente, se detiene frente a una puerta negra, sin ninguna marca, y se gira hacia mí.
—Sé que estás asustada, pero no tienes que preocuparte —dice con suavidad, sus ojos grises se suavizan mientras me mira— No te haré daño, Lisha. Solo necesito que confíes en mí.
Su tono es calmado, pero hay una seriedad en sus palabras que me hace estremecer. Siento que podría confiar en ella, pero al mismo tiempo, todo lo que está ocurriendo me dice que debo ser cautelosa.
—No estoy asustada —miento, alzando la barbilla— Solo quiero entender qué está pasando aquí.
Vagne suspira y baja la mirada por un momento, como si estuviera debatiéndose entre decirme algo o no.
—Es complicado —dice finalmente— Lo que pasó la última vez que estuviste aquí... es importante, más de lo que imaginas. Pero tú no lo recuerdas, ¿verdad?
Mi corazón se detiene un instante. ¿Cómo puede saber eso? Mi mente se llena de imágenes borrosas de esa noche, fragmentos que no logro encajar. Pero no, no recuerdo nada claro. Solo la sensación de que algo ha cambiado en mí desde entonces.
—No —admito en un susurro— No recuerdo nada.
Vagne asiente, como si hubiera esperado esa respuesta.
—No te preocupes, eso suele pasar, lo entenderás con el tiempo. Ahora, hay algo que necesito mostrarte.
Sin esperar una respuesta, abre la puerta y me hace un gesto para que entre. La habitación es pequeña y austera, con paredes de un gris oscuro y una única luz en el techo. En el centro, hay una silla de cuero negro, y frente a ella, una pantalla grande y plana. La habitación tiene un aire de frialdad clínica, como si fuera un lugar diseñado para observación más que para comodidad.
—Siéntate, por favor —pide Vagne, su tono es firme pero no amenazante.
Vacilo, pero la curiosidad gana sobre mi instinto de autopreservación. Me acerco a la silla y me siento, observando a Vagne mientras ella se acerca a la pantalla. Toca un panel en la pared y la pantalla se enciende, mostrando una imagen de lo que parece ser una cámara de seguridad. Mi estómago se revuelve al ver la escena en la pantalla. Soy yo, en Syriun, pero no es de hoy, sino de la vez que estuve allí. Me veo diferente, más confiada, como si el lugar no me intimidara en absoluto. Estoy bailando en lo que parece ser el club, con una energía que no reconozco en mí misma. Pero lo más inquietante es lo que me rodea. Las luces, los sonidos, todo parece distorsionado, como si estuviera en un sueño, o tal vez en una pesadilla.
—Esto es de la última vez que estuviste aquí —dice Vagne, observando la pantalla junto a mí— Algo pasó esa noche, Lisha. Algo que no puedes recordar, pero que va a cambiar todo para ti.
—¿Qué pasó? —pregunto, sin apartar la vista de la pantalla. Vagne guarda silencio por un momento, su mirada fija en mí.
—No puedo decirte todo ahora, pero lo que sí puedo decirte es que fuiste expuesta a algo aquí, algo que está más allá de lo que la mayoría de la gente conoce. Syriun no es solo un club, Lisha. Es un lugar donde se experimenta con cosas... cosas que no deberían existir, cosas interesantes.
Mi piel se eriza. <<¿Experimentos? ¿Qué clase de lugar es este? ¿A qué se refiere con interesantes?>>
—Y tú —continúa Vagne— fuiste parte de algo...
Mi mente se llena de preguntas, pero antes de que pueda formular alguna, la pantalla cambia de imagen, mostrando ahora un rostro que no esperaba ver: Elyse. Está sentada en una habitación diferente, con una expresión preocupada, como si intuyera que algo no está bien.
—¿Qué le van a hacer a Elyse? —pregunto, el miedo se apodera de mi voz.
Vagne me mira con seriedad.
—Nada. Elyse no es de interés para ellos, pero sí está en peligro si se queda contigo. Es por eso que la mantienen apartada. Necesitas protegerla, Lisha. Y para hacerlo, tienes que entender lo que realmente está pasando aquí.
Mis pensamientos giran a una velocidad vertiginosa. ¿Cómo puedo proteger a Elyse si no sé de qué o de quién? ¿Qué hicieron conmigo esa noche en Syriun?
—¿Qué debo hacer? —pregunto finalmente, sintiendo que el suelo bajo mis pies se desmorona.
Vagne se inclina hacia mí, sus ojos grises brillan con determinación.
—Tienes que recordar, Lisha. Tienes que descubrir qué te hicieron y por qué. Solo entonces podrás enfrentarte a lo que se avecina —. Con cada palabra su voz va bajando hasta que se convirtió en un susurro— Y recuerda, no todo es lo que parece. No confíes en cualquiera.
Las palabras de Vagne se grabaron en mi mente como una advertencia y una promesa. No puedo permitirme seguir en la oscuridad, no cuando Elyse está en peligro. Pero mientras me esfuerzo por encontrar respuestas, algo dentro de mí me dice que esto es solo el comienzo.
Cuando salimos de la habitación, siento que algo ha cambiado entre Vagne y yo. Ya no es solo una desconocida que me guía a través de un laberinto de enigmas; ahora es alguien en quien debo confiar, alguien que está dispuesta a ayudarme. Pero mientras caminamos de regreso por los pasillos oscuros, no puedo evitar preguntarme si realmente puedo confiar en ella, o si es solo otra pieza en el juego que Syriun está jugando conmigo.
Al llegar a la sala donde hemos dejado a Elyse, la encuentro sentada en el sofá, mirándome con una mezcla de alivio y sospecha.
—¿Qué ha pasado, Lisha? —pregunta, su tono está cargado de preocupación.
No sé cómo responderle sin asustarla, pero tengo claro que necesito mantenerla a salvo, y eso significa no revelarle todo lo que he descubierto. No todavía.
—Nada importante —digo, forzando una sonrisa— Solo quería asegurarme de que estábamos en el lugar correcto.
Elyse entrecierra los ojos, claramente no convencida, pero no insiste. En cambio, se levanta y me mira fijamente.
—Sabes que te cubro las espaldas, ¿verdad? Si hay algo raro aquí, me lo dirás, ¿no?
—Por supuesto —miento, deseando que fuera tan simple.
Con Vagne siguiéndonos a una distancia prudente, nos dirigimos hacia la salida. Mi mente sigue procesando lo que he visto, lo que he aprendido. Syriun es mucho más que un simple club, y estoy en medio de algo mucho más grande de lo que puedo imaginar. Mientras cruzamos las puertas del lugar, me doy cuenta de que esto no ha terminado. De hecho, solo está comenzando.
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Syriun
Mistério / SuspenseA medida que las noches en Syriun se desvanecen en una niebla de recuerdos confusos, Lisha empieza a darse cuenta de que ha estado aquí antes, mucho más de lo que quiere admitir. Cada paso que da la acerca más a la verdad, y cada elección la hunde m...