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El timbre que anunciaba el inicio de clases resonó por los alta voces del plantel universitario, chicos y chicas corrieron apurados para no llegar tarde a la primer clase del día.

Él solo los veía mientras sacaba sus libros de su casillero y lo cerraba, todo esto con la mayor tranquilidad del mundo, como si no fuera a perder sus clases.

Caminó por los pasillos hasta dar con la puerta de su salón, tocó al verla cerrada, ésta se abrió luego de que el escuchara la voz del maestro anunciando algo a los alumnos que provocó mucho alboroto de quejas.

-Joven Jeong, ¿por qué el retraso?

Bajó la cabeza sin querer contestar y dio una reverencia en forma de disculpa. Su cara no demostraba nada, más que solo cansancio y tristeza. El señor Park se apiadó de él dejandolo pasar al salón y dándole una leve palmada en el hombro.

La clase transcurrió normal, o al menos eso creía Yunho. Sus compañeros notaban el olor agrio y cargado del Omega, junto con un olor dulzón. Eso solo significaba algo, el rubio estaba en cinta y su lobo no aceptaba al cachorro en su interior.

 Eso solo significaba algo, el rubio estaba en cinta y su lobo no aceptaba al cachorro en su interior

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Su mirada fue a parar en el perfil del peli salmón. Este miraba las hojas caer de los árboles de cerezo que adornaban la parte trasera de la escuela.

Justo ahora estaban en el área verde bajo uno que los cubría del sol, en donde recibían una fresca brisa del viento que les acariciaba la piel con cariño y los refrescaba del día caluroso.

Los dedos del Omega jugaban nerviosos mientras reposaban en sus muslos, sus pupilas de movían intentando buscar algo en lo cual centrarse para quitar las tantas preocupaciones que había en su mente.

Mingi frunció su ceño al darse cuenta de las bolsas y ojeras decoraban debajo de esos lindos ojos que tanto amaba mirar.

-¿Yunho?

El Omega volteó a verlo con una ceja arqueada, el Alfa acarició su mejilla, admirando lo hermoso que era su pareja frente a él con la luz del sol dándole justo en su delicada cara.

Mordió su labio y soltó un par de lagrimas,Yunho reaccionó, abrazandolo y dejando salir su aroma. Sus lobos chillaron.

-No... No me gusta verte así. Quiero que seas felíz, por favor, Omega. ¿Pasó algo?- Sollozó escondiéndose en la curvatura del cuello ajeno.

-Es solo que... Mis papás se enteraron de que estoy en cinta y quieren que lo tenga, pero, mi lobo rechazó al cachorro y no sé por qué. Alfa, mi idea era tener al cachorro. Al principio me dio miedo, me dolía pensar en perder mi futuro pero quería a mi bebé conmigo, yo-yo no sé que pasó, no s-sé por qué mi lobo lo rechaza

Mingi lo separó de él al escucharlo decir eso, apretando un poco las mejillas del rubio entre sus manos.

-¿Planeabas tenerlo?- Yunho asintió y una chispa de alegría creció en él.

-Yo si, mi lobo no.

Suspiró volviendo a abrazar a su novio, futuro esposo.

-Iremos al médico, hoy mismo.

Asintió ante sus indicaciones, aceptaba que no le gustaba ir a esos tipos de lugares en donde todo era blanco, frío y con doctores que lo esperaban sonrientes con una jeringa en mano, pero quería respuestas.

Asintió ante sus indicaciones, aceptaba que no le gustaba ir a esos tipos de lugares en donde todo era blanco, frío y con doctores que lo esperaban sonrientes con una jeringa en mano, pero quería respuestas

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-¿Jeong Yunho?

La pareja se levantó del asiento en el que llevaban horas esperando a que pasaran.

Caminaron detrás de la linda enfermera que les indicó con una gran sonrisa que entraran al consultorio y esperaran un rato más al doctor.

Agradecieron con una reverencia adentrándose en la habitación blanca de adornos infantiles de tonos pasteles.

-Tranquilo. Todo estará bien -El Alfa tomó su mano para dejar un casto beso en ella.

La puerta tras el escritorio se abrió y dejó ver a un hombre de fracciones delicadas que pasó al lugar con una sonrisa cálida.

-Mucho gusto, seré el que los atienda hoy. ¿Jeong Yunho?

Él asintió.

-¿Puedes decirme, por qué estás aquí?- Se sentó frente a ellos y prendió la computadora para anotar lo que diría.

Suspiró para relajarse y prosiguió a contar todo lo que pasaba.

-¿Tu lobo rechazó al bebé?

-Sí. Por eso estamos aquí

Chan asintió entendiendo. Alcanzó los guantes de látex blancos que llacian en su escritorio reposando encima de una cajita de cartón. Pidió al rubio que se acostara en la camilla azul para checar que andaba más. Acercó una máquina desconocida para el Omega y su novio.

-Es raro que el lobo de un Omega rechace a su cachorro, la mayoría de veces es el del Alfa quien lo hace. Te haré un ultrasonido para saber qué anda mal, Yunho.

Cedió el pasó al líquido frío subiendo su camisa hasta su pecho, el aparato se acercó a su abdomen recorriendo parte de él. El doctor frunció su ceño. Mingi no entendía y estaba de más decir que Yunho tampoco.

Pasó un trapo al chico para que se limpiara antes de caminar a su escritorio y seguir anotando todo. El pelinaranja ayudó a su pareja a levantarse y tomar asiento.

-¿Qué es, doctor? -El Alfa necesitaba respuestas ya.

-Sere sincero ,algo anda mal con tu cuerpo Yunho y tu lobo lo sabe. Está rechazando al cachorro por que es riesgoso para ti estar en cinta, él te está protegiendo de la muerte.

 Está rechazando al cachorro por que es riesgoso para ti estar en cinta, él te está protegiendo de la muerte

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