1: Casa Sola

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Es ridículo, parezco ladrona. ¿Porqué cuándo menos quieres hacer ruido, es cuando todos los muebles del lugar, se ponen en tu contra? Saliendo de la habitación, mi blusa se atoró con la perilla de la puerta, me estrellé contra el muro de enfrente, tiré un cuadro (suerte que cayó en alfombra), con mi bolsa tiré un libro... O el tipo quería que me largara de ahí antes del amanecer o tenía el sueño muy pesado.

Cuando, al fin, logré salir de la habitación, recordé que no llevaba pantalones –el idiota de Matthew los desgarró- así que bajé mi blusa hasta mis glúteos y jalé ambos cordones, que servían para ajustar a la cadera, y logré que no se me alzara.

Llegué al estacionamiento y subí a mi auto. Al encender la radio reconocí inmediatamente la canción, subí el volumen y empecé a cantar, deseando que Lea estuviera aquí, ella ama a Black Veil Brides.

                                                                                    ●  ●  ●

A la mañana siguiente la alarma sonó a las 10:00 am. Salí de mi habitación en pijama y pantuflas.

-Creí que no llegarías a dormir- dijo Lea sentada frente al televisor
-Y yo creí que Matthew sería un buen amante- resoplé
-¿Pequeño?- preguntó levantando su dedo meñique
-No pero, olvídalo, ¿Qué tal tu noche?
-Te diría que increíble pero no debí ver esa película
-¿Demasiado suspenso?
-No, bueno si pero hoy tengo el viaje- dijo tumbándose en toda la extensión del sofá 
-¿Sigues con la idea de ir?
-Amiga, sabes que ya no lo puedo cancelar
-Pero debiste pensarlo antes de aceptar. ¿Tienes idea de lo que haré? Despertarme e ir a la tienda, que por cierto, es tuya, esperar a Ingrid, irme a la oficina, soportar los acosos del idiota de Ithan...
-Yo que tu lo aprovecharía, quizá te de un aumento
-Idiota- le susurré mientras le arrojaba un cojín
-Sé que puedes, ¿Me acompañarás al aeropuerto?
-Sabes que sí

En la tarde dejé a Lea en el aeropuerto.

-Me llamas cuando llegues, no importa la hora de allá o aquí ¿Si?- le pedí mientras la abrazaba
-¿Recuerdas la película?
-¿Destino final? ¿La de ayer?
-Si
-Si- admití
-Entonces deja de darme esas indicaciones o me pondré nerviosa
-Idiota. Cuídate.
-"Los pasajeros del vuelo 7-40 con destino a Canadá, favor de abordar por la puerta 15"
-Es mi vuelo. Sé que podrás con todo. Bye
-Bye- y le di un beso en la mejilla ¿Qué haría sin ella?

Esperé a que se fuera cuando sonó mi celular.

-¿Aló?- contesté
-¿Clarissa?
-Si
-Hola, eh, soy Lucas, ¿Me recuerdas?
-Oh claro, ¿Todo bien?
-Si pero, quiero verte
-¿Dónde? -La entonación de esa última palabra me hizo saber a lo que se refería
-¿Puedo pasar por ti?
-Por supuesto, estoy en el aeropuerto
-Voy para allá- colgó

Yo iba con un vestido informal rojo con líneas azules, blancas y rojas, ajustado de todas partes, tacones rojos y mi cabello suelto. Nada fuera de lo común, pero temía que no estuviera lista para la ocasión, por lo que recurrí a unas cuantas opiniones sin necesidad de preguntar. Meneé un poco la cabeza a fin de llamar la atención con mi melena, por lo que pude notar las miradas de muchos hombres, dí unos pasos hacia la salida moviendo las caderas y con una mano en mi cintura y la otra a mi costado derecho. Inmediatamente supe que no había problema con mi aspecto.

Al instante en el que crucé las puertas del aeropuerto, llegó Lucas. Creo que está urgido. Subí al auto y aceleró.

-Creo que tenemos prisa –insinué
-Prisa por tomarte, no por terminar rápido

En la radio comenzó a sonar Bon Jovi. Si no hacía algo rápido, empezaría a cantar, un lado de mí que solo amigas conocían. Justo a tiempo, pasábamos por una calle poco transitada y detrás no teníamos ningún auto. Lo miré fijamente, al sentir mi mirada se giró para encararme y mordí mi labio. Dejó escapar un leve gemido que escuché a duras penas. Pasé un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y me agaché hacia su miembro. Bajé el cierre y él apagó la radio (justo lo que quería), subió los vidrios y yo empecé con lo mío. Sinceramente, nunca me había gustado el sexo oral, pero sé que los chicos se pierden cuando una chica lo hace, me tomó de la cabeza y me penetró la boca. No lo creo, la que manda aquí soy yo. Me levanté dejando mi trabajo inconcluso y lo miré mientras decía que no con un el dedo índice, para después, limpiarme los labios con el mismo dedo.

-¿Acaso olvidas las reglas?
-No me dejes así- suplicó

Fui consciente de que se estacionó en una zona aún menos transitada. Yo no perdí ni un segundo y me senté a horcadas encima de él. Bajó mis ropa interior (no sin un poco de ayuda mía). Excitado como estaba, solo fue necesario dejarme caer sobre él.

Debo admitir que, si me lo pidiesen, y tuviera que escoger al número uno, ese sería Lucas...

-No perdamos tiempo, ¿La tuya o la mía?- jadeó

Supe que se refería a la casa de alguno de los dos.

-La mía- susurré

Me pasé al asiento del copiloto y sin ponerme la ropa interior, me abroché el cinturón de seguridad. Al llegar a mi casa, salió por la puerta, yo hice lo mismo, y en cuanto nos encontramos al frente del auto, me tomó en brazos, hizo que lo abrazara con las piernas alrededor de sus caderas y sentándome en el cofre del auto, me penetró de nuevo. He de admitir que fue algo excitante hacerlo en el estacionamiento del edificio pero si por alguna razón me veía alguien y la noticia les llegará a mis padres...

-Subamos al departamento- le señalé

Y sin perder más tiempo, nos adentramos al elevador, en cuanto las puertas se cerraron, con violencia me recargó contra las paredes del mismo y comenzó a entrar y salir de mí.

-Creí que no tenías prisa por terminar- solté mirándolo con picardía

Salió de mí y me depositó en el suelo. Oprimí el botón de piso y el elevador empezó a avanzar. 

Al llegar a la entrada, abrí la puerta y en cuanto se cerró, me llevó hasta mi habitación Destendió la cama, por mi parte me dejé caer sobre ella, se colocó sobre mí y el movimiento de adentro hacia afuera fue más rápido. Desafortunadamente, no alcancé el orgasmo antes que él y me dejó inconclusa.

Odiaba las pláticas post-sexo así que me hice la dormida. Se vistió y salió de la casa.

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