—¿Quiere que lo acompañe?— pregunto Eunwoo desde el asiento del chofer, era alucinante que tuviera un guarda espaldas, era otra prueba más de lo poderoso que era Yoongi, ¿Cómo un chico de pueblo terminó en una relación con un magnate?
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Por supuesto— dijo él con profesionalidad, ¿Por qué tampoco le cuadraba esa actitud? Su instinto le decía que ellos eran amigos, pero desde esa mañana que Yoongi se lo presentó, este hombre había estado distante y frio.
—¿Vengo aquí a menudo?— Yoongi le había informado que tenía una reunión urgente, que sería solo un par de horas, él había aprovechado para pedirle permiso para salir por la ciudad, tenía esperanzas de poder recordar algo, como era de esperar, Min se opuso a esa idea, pero Hoseok había insistido, le dió autorización siempre y cuando Eunwoo estuviera con él en todo momento.
—Nunca habíamos venido a este lugar— contesto él mirándolo a través del espejo, Hoseok regresó su mirada al edificio de ladrillos ¿entonces porque tenía esta dirección en su agenda, clavo su vista en el letrero en la parte superior "FFL", las mismas silabas que estaban escritas sobre el evento señalado en su agenda, claro que no pensaba aparecer en ese evento así como así, no le parecía correcto, es por eso que había decidido venir hoy, averiguar de qué se trataba —Pero supongo que usted venia cuando lograba esquivarme.
—¿Te daba esquinazo?— preguntó asombrado.
—Cada que yo bajaba la guardia.— le pareció ver una sonrisa a través del espejo retrovisor, los ojos de Eunwoo no mostraban en realidad molestia.
—¿Por qué hacía eso?
—Supongo que la respuesta la encontrara si decide entrar.— Hoseok asintió, Eunwoo tenía razón, armándose de valor abrió la puerta del vehículo, caminó por el sendero de cemento hasta que estuvo frente a una puerta doble, miro alrededor, el barrio era humilde, y el edificio se notaba que apenas estaba en remodelación, antes de cruzar la puerta se limpió el sudor de las manos en sus pantalones negros de vestir, también llevaba una camisa de seda, color melón y una chaqueta café, con zapatos italianos, era realmente una combinación a la última moda, ¿Por qué se sentía como que no era él?
Al entrar se dio cuenta que no estaba preparado para ver lo que le esperaba, tuvo que hacerse a un lado para evitar que un chico lo arrollara, se sostuvo en la pared tratando de estabilizarse, cuando estuvo seguro que sus rodillas lo sostendrían volvió a mirar el gran salón, era un gimnasio a pesar que estaba siendo decorado para una fiesta.
—Lo siento Señor Jung.— un chico se detuvo enfrente de él, apenas y podía sostener todos esos balones que llevaba en brazos —No lo vi, intento llevar esto a la bodega, se me escapo una no fue mi intensión casi tumbarlo....
—No hay problema— aseguró Hoseok —¿quieres que te ayude?
—¡Oh No, señor! Yo puedo solo
—Por supuesto que puede— dijo una voz de tras de ellos.— venga Felix, llévate eso de una buena vez, o seguirá causando problemas aquí.