—Estoy aburrido.
—Que bueno.
Suelto de mala gana cuando me interrumpe por decimoquinta vez en mi lectura.
—¿Cómo que bueno? —dice soltando un suspiro fingiendo dolor —Estás leyendo y yo esperando que lleguen esos dos.
—Sigues esperando.
No pasaron ni cinco minutos cuando volvió a hablar interrumpiendo otra vez.
¿Acaso no se cansa?
—Sharon...
—Dime.
—¿Me vas a hablar así de feo? —se hace el ofendido.
—Habla con tu amiguito imaginario.
—Quiero hablar contigo...
—Estoy leyendo. —sonrío irónica al ver que no logro concentrarme —Agradece que no te he lanzado el libro.
—¿Me vas a lanzar el libro?
—No porque se puede romper.
—Entonces no...
—Mejor te lanzo a ti por el balcón.
—Que mala amiga eres. —recuesta la cabeza del espaldar.
—Malísima.
Intento volver a mi lectura, tantas interrupciones hizo que perdiera el ritmo por donde iba.
—Hagamos algo. —hace un puchero —Esperar contigo es como esperar solo. Ni Lilián me ignora tanto cuando se molesta.
Cierro el libro viendo a Daniel con mala cara.
Habían pasado dos días desde que Rubiales y yo creamos esas reglas. De cierta forma, no nos matamos. Al contrario, convivir con el se ha vuelto, tolerable.
Solo un poco.
Mentirosa, viste que estaba más que bueno.
Mejor te ignoro.
Hablamos lo necesario, respeta mi privacidad y hasta ahora, no me ha dicho nada raro ya que gracias al cielo, casi nunca está en la cabaña, sobre todo en la noche, casi siempre llega súper tarde.
Gracias a Camille que vive llamándolo.
En la noche dudo que sea Camille.
Después de que me dijera hermosa esa noche en el balcón, fue como si nunca lo hubiera hecho. Al día siguiente fue igual de idiota y yo le ignoré. No me sacó más esa regla del juego, y yo, bueno, agradecida con que mantenga sus distancias.
Pero en el poco tiempo le he conocido mejor. Es...un idiota, eso es normal. Le gusta el chocolate más que cualquier cosa y al parecer, está escribiendo una canción o algo por el estilo porque lo he atrapado como dos veces escribiendo algo en un cuaderno o tocando un melodía en el balcón. Aunque cuando nota mi presencia se detiene y vuelve a ser el idiota de siempre.
—Bien. —dejo el libro a un lado viendo a Daniel recostado del sillón—¿Qué quieres hacer?
Una sonrisa ilumina su rostro antes de ponerse de pie desapareciendo por la cocina.
Esta mañana se suponía que iríamos al parque temático que tiene la isla. Pero no sé que hubo que Shane y Lilian tuvieron que reunirse con la banda dejándonos a Daniel y a mí solos en su cabaña. La verdad es que se parecía mucho a la mía, la única diferencia es que las paredes eran de un azul cielo.
No quise preguntarle a Rubiales que ocurria y Lilian no le dijo nada a Daniel antes de desaparecer.
Por lo que el chisme tendrá que esperar a que vengan.
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Un Mes a tu Lado
RomanceEl amor no existe, solo trae dolor, problemas y sufrimiento. Esa se volvió en la nueva frase de Sharon tras sufrir una ruptura amorosa en una relación de años. ¿Qué pasaría si la idea loca de irse de vacaciones cambia esa perspectiva? ¿Qué pasaría...