Capítulo 10

914 203 168
                                    


"El placer puede ser un torbellino que te arrastra a un mundo sin reglas ni límites."

~

Los besos entre ellos seguían. Jungkook amaba los besos largos y agresivos, le gusta chupar y morder y con Jimin lo podía hacer. Aquellos belfos rojos se sentían como unos de verdad y los pequeños suspiros del más bajo acompañados de suaves gemidos, hacían todo más caliente.

— ¿Cómo haces para gustarme tanto? — dijo el científico entre jadeos.

— ¿Le gusto tanto como me gusta usted a mí?

Iban a volver a tocarse cuando lo que fue tocado fue otra cosa. Los golpes en la puerta no anunciaban nada bueno — Mierda — Jeon apretó la cintura del robot y este puso los ojos en blanco.

— Iré al maldito sótano. Por favor, despáchela pronto, odio estar con tanta hojalata — se levantó de su regazo mirando la erección que tenía entre sus pantalones, sonrió y bajó. Jungkook se acomodó como pudo. Aclaró su garganta y caminó hacia la puerta.

Sohee permanecía del otro lado, con el maquillaje corrido y un semblante de enojo y tristeza — ¿Estabas ocupado? — miró su cremallera abierta, su cabello despeinado y ojos pesados — ¿Olvidaste que tendríamos una cita?

— Lo siento mucho... tenía trabajo — ella se acercó y lo olfateó como una perra.

— Hueles a semen.

— Me masturbé hace rato. Escucha, Sohee, lo siento. Me preparé para ir pero me fue imposible salir antes.

— ¿Y ya? — elevó una ceja y dejó correr una lágrima — cociné tu platillo favorito, compré lencería, limpié toda la casa, te esperé. Incluso sabiendo que llevas días ignorándome. ¿Qué es lo que pasa? ¿Hay alguien más?

Jeon tragó saliva y miró hacia atrás — Creo que no es el momento ahora. Te llamaré para hablar y compensaré mi ausencia.

Ella también miró en su dirección y pasó por su lado chocando los hombros — ¿Tienes a una puta escondida en algún lugar? Maldito idiota — comenzó a buscar.

— No permito que vengas a hacer este tipo de escándalos en mi hogar. Sabes que pueden multarme por los gritos.

— ¡Me importa una mierda! Me dejaste plantada, hueles a sexo y tienes ese semblante de recién follado. Estás nervioso mirando todo el tiempo hacia el interior de la casa y eso solo puede significar que tienes a alguien aquí.

— Vete, Sohee — La sostuvo por el brazo. Ella se soltó y corrió a la habitación para buscar, levantó las sábanas, abrió el clóset y encendió la luz del baño — ya basta.

— Cállate — en el laboratorio tampoco había nada, ni en el gimnasio ni la piscina. Lo último era el sótano. Bajó rápidamente y encendió la luz. Todo estaba en silencio y tres figuras estaban cubiertas por una manta — tiene que estar aquí.

— Me tienes harto — la tomó por el brazo — vete de mi casa — ella se volvió a soltar y quitó la primera manta. Era un robot sin algunas piezas — Sohee, es mi jodido trabajo. Deja de destruirme el departamento — como pudo quitó la otra manta y era otro ejemplar pero más completo — no te lo voy a permitir — usando más fuerza de la que quería, la sacó hasta la sala y de ahí hasta la entrada — si quieres una jodida respuesta, te calmas y esperas a que yo quiera dártela. Mientras tanto no vengas a hacer este tipo de escenas que sabes cuánto detesto. Estaba ocupado y olvidé la maldita cita, si deseas podemos tener otra en otro momento y sino pues mandamos esto al diablo y se acabó — jamás le había hablado así. Sohee quedó totalmente muda.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora