Capítulo 7

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—Miêrda, estoy tarde —Madison masculló al ver la hora en su reloj inteligente.

La menor había despertado treinta minutos después de su usual hora. Se había quedado dormida, y eso era muy extraño en ella. Pero había quedado despierta en la habitación de Wally hasta más o menos las doce, algo que Joe no podía enterarse.

Wally le había propuesto jugar videojuegos el día de ayer para compensar que no lo hicieron el día de la discusión con Joe -hace dos días atrás- y el juego había estado tan interesante que ninguno se había fijado la hora que era.

La pequeña ya estaba lista, con su uniforme puesto, había decidido en el simple overol con un polo de manga larga abajo, agarró un suéter azul marino y lo guardó dentro de su mochila, comenzando a bajar las escaleras.

—Madison, ¿recién bajas? —Joe cuestionó; él ya estaba por salir al trabajo y eso era mucho después de la hora de salida de la niña, especialmente si iba en bicicleta.

—Este... Bueno, tú tienes mi celular y no pude poner la alarma —apresuró a decir aquella excusa. Joe soltó un suspiro, no estaba muy convencido de aquellas palabras.

—¿Estás segura?

—Sí —la niña murmuró no viéndolo a los ojos.

—Madison, tú tienes el despertador en tu mesa de noche —especificó, se lo había comprado para este tipo de situaciones, no era la primera vez que le confiscaba el celular.

—Creo que ya no tiene pila —murmuró aquella mentira. La verdad, lo había apagado semidormida y no se había dado cuenta. Si no fuera por Wally, que le pasó la voz, seguiría durmiendo —Joe, debo irme o no llegaré —La niña musitó, si pedaleaba rápido podía llegar antes de que el timbre sonara, o eso esperaba.

—Jovencita no vas a ir sin tomar desayuno —indicó el hombre.

—Pero llegaré tarde, comeré después.

El mayor negó con la cabeza.

—Te llevaré yo.

—No, quiero ir en mi bic...

—Ven, te daré leche chocolatada con tostadas —El hombre no dejó que la niña discutiera más ya que comenzó a caminar hacia la cocina, esperando que ella lo siguiera.

La ojiverde apretó sus puños y mordió su lengua para no decir algo que después se arrepentiría.

—Joe, solo quiero una —murmuró al ver que el hombre colocaba tres tostadas en su plato. El detective soltó un suspiro.

—Una y media ¿sí? —pidió.

—Bien —musitó a regañadientes. No te estaba de humor para iniciar una nueva discusión. La menor dejó su mochila en una de las sillas altas y se sentó en otra. Esta vez alzó sus brazos y se estiró, a continuación, un bostezo se dibujó en su rostro.

Estaba cansada, quería volver a su caliente cama y no despertar hasta mañana.

—Como me entere que te hayas quedado despierta —murmuró el mayor, soltando un suspiro. La menor se puso algo nerviosa, pero trató de disimularlo.

—No fue eso —comunicó.

—Tienes diez minutos y nos vamos, o tampoco llegarás —indicó el hombre saliendo de la cocina. Se lo dejaría pasar, era muy temprano para discutir.

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Madison observó a Emma, pensando en lo que le había dicho. La adolescente les había preguntado si querían ir a probar unos nuevos postres en un supuesto restaurant donde vendían de todo, incluso había unos helados muy ricos -o eso era lo que le habían visto en esa aplicación que se llamaba TikTok-

Innocent Blood III : Rebel [The Flash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora