Capítulo 2

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Una semana después

Madison se sentó en el pupitre mientras esperaba a que el profesor llegara. Joe la había llevado nuevamente a la escuela porque el clima de Central City volvía a hacer de las suyas. Ahora odiaba la lluvia. Las cosas con el hombre estaban algo tensas, incluso cuando el mayor había intentando enmendar las cosas dándole permiso para ir con Wally a esa feria que tanto quería ir desde que había iniciado la semana. En un inicio Joe no quería que fuera porque era día de semana y estaban en exámenes, pero al final cedió con la ayuda de Cecile.

Aunque eso había alegrado un poco el día de ayer a la menor, nuevamente se atrevió a preguntarle si es que podía ir a esa dichosa reunión que sería hoy viernes en la noche, a lo cual el hombre otra vez se negó.

¿Acaso la vida seguía conspirando en su contra? ¿Qué le había hecho?

Madison se encontraba caminando por los pasillos de la escuela, sus brazos cruzados y la capucha de la casaca puesta. Sus ánimos estaban por los suelos y su molestia también. ¿Qué de bueno había sido cumplir doce si ahora sentía que tenía más restricciones?

"Él tampoco te hubiera dejado ir", su cabeza casi se burló de su dolor, y Madison se detuvo un momento para respirar profundamente y cerrar un momento los ojos. ¿Por qué diablos tenía que recordarlo a cada momento? Ya había pasado casi cinco meses.

Estaba muerto.

Fin.

No había vueltas que darle, pero su cerebro la torturaba con memorias, con escenas imaginarias, con sueños, con pesadillas.

La menor siguió su camino y agachó la cabeza para no toparse con nadie, pero sus pasos fueron interrumpidos cuando chocaron su hombro, el impacto haciéndola detenerse abruptamente, su mochila que colgaba de su hombro derecho cayendo tras el brusco movimiento.

Había dolido.

—Maldita sea —masculló entre dientes —¿Acaso no puedes ver por donde vas, Kimberly? —expresó con voz enojada al darse cuenta de la causante de toda esa escena. Esa mocosa siempre encontraba momentos para arruinarle la mañana, ella y su amiguita Britney, eran insoportables. Pero ahora, la mayoría de las veces, ya no se quedaba callada.

—Tú debes ver por dónde vas, niña huérfana —espetó con burla, mirándola de arriba hacia abajo. Las dos seguían siendo más altas que Madison, así que la menor tuvo que alzar la cabeza para fulminarlas con la mirada.

¿Por qué tenían que usar esa palabra? La detestaba, porque le hacía recordar lo que había perdido. La castaña apretó sus puños, podía sentir sus uñas enterrándose en las palmas de sus manos con fiereza, pero no le importaba.

Necesitaba sentir dolor físico para seguir con su acto de niña grande y fuerte o sus recuerdos le harían desmoronarse, además necesitaba mantener su superpoder bajo control o terminaría estrellándolas contra los casilleros.

—¿Acaso eres estúpida? —Madi pronunció con mucha furia, recogiendo su mochila con brusquedad y colgándosela otra vez en el hombro.

La sonrisa de la de piel oscura se borró y la miró con desprecio.

—¿Qué dij...?

—¿Qué ocurre? —su voz se escuchó por los pasillos casi vacíos, pues el timbre ya había sonado y la mayoría estaba entrando a sus aulas.

—Que, ¿qué ocurre? Que esta encima de boba, es ciega —Madison masculló con molestia.

—No vas hablar de ella as... —Britney quiso defender, pero el de ojos marrones alzó su dedo índice, para que cerrara la boca.

Innocent Blood III : Rebel [The Flash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora