Capítulo 9: El Despertar de una Nueva Realidad

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La luz del sol se filtraba a través de las cortinas de la cabaña, proyectando patrones dorados en el suelo de madera. Felix despertó lentamente, sintiendo la calidez del cuerpo de Hyunjin a su lado. Había algo mágico en ese momento, una sensación de paz que llenaba el aire. A su alrededor, los sonidos de la naturaleza se mezclaban con el suave respirar de Hyunjin, creando una melodía que lo hacía sonreír.

Felix se giró y lo observó. Hyunjin tenía el cabello desordenado, los labios ligeramente entreabiertos, y parecía completamente ajeno al mundo. No pudo evitar sonreír; ese era su Hyunjin. Acercándose un poco más, sintió la necesidad de estar más cerca de él.

Con un movimiento suave, deslizó su brazo alrededor de la cintura de Hyunjin, atrayéndolo hacia sí. La reacción de Hyunjin fue inmediata, sus ojos parpadeando mientras se despertaba.

—¿Felix? —murmuró, su voz aún adormilada.

—Buenos días —respondió Felix, su voz suave y llena de ternura.

Hyunjin sonrió, y ese simple gesto hizo que el corazón de Felix latiera más rápido. Habían compartido tanto en las últimas semanas, y ahora, despertar a su lado era un regalo que no quería dar por sentado.

—¿Cómo dormiste? —preguntó Hyunjin, estirándose como un gato mientras se acomodaba en la cama.

—Muy bien, especialmente ahora que estoy contigo —dijo Felix, sonrojándose un poco mientras acariciaba la mano de Hyunjin. La conexión entre ellos era palpable, una corriente eléctrica que parecía fluir entre sus cuerpos.

—Tienes razón —respondió Hyunjin, mirando a Felix con intensidad—. Creo que podría acostumbrarme a esto.

Ambos rieron suavemente, y por un momento, el mundo exterior desapareció. Sin embargo, la realidad de su situación pronto se instaló en sus mentes. Habían decidido mantener su relación en secreto, no solo por su contrato, sino también para proteger lo que tenían. Pero, en el fondo, sabían que necesitaban hablar con los demás miembros del grupo sobre cómo exponer su relación al mundo.

—Hoy es el día en que debemos hablar con los chicos —dijo Felix, sintiendo cómo la ansiedad comenzaba a instalarse en su pecho.

—Lo sé —respondió Hyunjin, su tono más serio—. Pero también quiero disfrutar de este momento contigo antes de que todo cambie.

—¿Qué sugieres? —preguntó Felix, su curiosidad despertándose. Sabía que lo que sea que Hyunjin propusiera sería emocionante.

Hyunjin pensó por un momento, sus ojos brillando con una chispa juguetona. —Tengo una idea. Vamos a explorar el lago.

Felix sonrió ampliamente, sintiendo que la idea era perfecta. —¡Sí! ¡Me encantaría!

Ambos se levantaron rápidamente, vistiendo ropa cómoda y ligera. Cuando salieron, el aire fresco de la mañana los envolvió, y el aroma del bosque se mezcló con el sonido del agua fluyendo cerca. La belleza del paisaje era asombrosa, y Felix se sintió agradecido por estar allí, con Hyunjin a su lado.

—Mira eso —dijo Hyunjin, señalando hacia el lago, donde el sol comenzaba a reflejarse en la superficie tranquila, creando un espectáculo de colores.

Felix se quedó en silencio, maravillado. —Es precioso. Nunca había visto algo así.

Se acercaron al borde del lago, donde la hierba era suave bajo sus pies. El agua reflejaba el cielo azul, y los pájaros cantaban suavemente, creando un ambiente de ensueño. Hyunjin, con su habitual energía, comenzó a correr hacia el agua.

—¡Ven! —gritó, riendo mientras saltaba sobre las piedras.

Felix lo siguió, riendo mientras el agua salpicaba alrededor de ellos. Se sentía libre y ligero, como si todas sus preocupaciones se desvanecieran en ese instante. Hyunjin se giró y lo atrapó en un abrazo repentino, riendo mientras lo mantenía a distancia del agua.

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