Era una noche tranquila en Seúl, pero dentro del estudio de grabación, el bullicio era constante. Las luces parpadeantes y el sonido de la música resonaban en las paredes, mientras el grupo Stray Kids trabajaba en su próximo sencillo. Sin embargo, para Felix y Hyunjin, esa noche estaba destinada a ser diferente.
Felix, con su sonrisa encantadora y su cabello rubio, se movía con gracia por la sala, ajustando su micrófono y lanzando miradas furtivas hacia Hyunjin. El oscuro cabello del chico, con sus ojos profundos y su figura esbelta, capturaba la atención de todos, pero era Felix quien lo observaba con deseo oculto. Habían pasado meses desde que comenzaron a compartir momentos a solas, y la atracción que sentían el uno por el otro había crecido hasta convertirse en algo mucho más profundo.
El resto del grupo se dispersó, dejando a Felix y Hyunjin solos en la sala de ensayo. El ambiente estaba cargado de tensión, una energía palpable que ni siquiera los ritmos de la música podían disipar. Felix se acercó a Hyunjin, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho.
—¿Cómo te sientes para la presentación de mañana? —preguntó Felix, tratando de sonar despreocupado, aunque su voz traicionaba su nerviosismo.
Hyunjin se encogió de hombros, sus ojos fijos en el suelo. —No sé, hay mucha presión. La agencia espera mucho de nosotros.
—Lo sé —respondió Felix, su tono ahora más suave—. Pero sé que lo haremos genial. Siempre lo hacemos.
Hyunjin levantó la vista, y por un momento, los dos quedaron atrapados en una burbuja donde solo existían ellos. Felix podía sentir la calidez del cuerpo de Hyunjin, el suave aroma de su fragancia que lo envolvía. Era un momento perfecto, pero también peligroso. Sabían que su relación tenía que mantenerse en secreto; cualquier rumor podría arruinar sus carreras.
—Felix… —Hyunjin rompió el silencio, su voz un susurro casi inaudible. —¿Qué vamos a hacer?
La pregunta quedó flotando en el aire. Felix sabía que no solo se refería al ensayo. Había mucho más en juego, una conexión que iba más allá de lo físico. Se acercó un poco más, lo suficiente para sentir la calidez de su aliento.
—No lo sé —respondió, sintiendo que la incertidumbre lo consumía. —Pero no quiero dejar de verte. No puedo.
Hyunjin sonrió, pero sus ojos mostraban una mezcla de alegría y tristeza. —Yo tampoco. Pero esto es complicado. La empresa no acepta relaciones entre nosotros… ya sabes, para mantener la imagen.
Felix asintió, sabiendo que tenían razón. La presión de ser ídolos no solo venía del trabajo duro y las largas horas; también era la expectativa de ser perfectos ante los ojos de sus fans. Sin embargo, el deseo que sentía por Hyunjin era algo que no podía ignorar.
—¿Y si alguien se entera? —preguntó Felix, un escalofrío recorriendo su espalda.
—No lo harán. Debemos ser cuidadosos —Hyunjin dijo con firmeza, pero la preocupación en su mirada era innegable.
A medida que la conversación se adentraba en territorio arriesgado, el aire entre ellos se volvía más denso. Felix sintió la necesidad de acercarse, de tocarlo, de hacerle saber que no estaba solo. Hyunjin también lo sentía; su mirada buscaba la de Felix, buscando respuestas que no estaban allí.
—¿Te acuerdas de aquella vez en el backstage? —dijo Felix, rompiendo la tensión con un intento de recordar un momento más ligero.
Hyunjin sonrió con nostalgia. —Sí, cuando nos escondimos detrás del escenario porque no queríamos hacer autógrafos. Estuvimos riendo como locos.
—Exactamente —dijo Felix, sintiendo que el recuerdo traía una chispa de calidez. —Ese fue uno de los mejores momentos que hemos tenido.
Ambos rieron, pero la risa se desvaneció rápidamente cuando la realidad de su situación regresó. Felix tomó una profunda respiración, y en un impulso, se inclinó hacia Hyunjin, acercándose lo suficiente para que sus labios casi se tocaran.
—¿Podemos hacer esto? —preguntó, sus ojos buscando los de Hyunjin.
El corazón de Hyunjin latía con fuerza, y se detuvo por un momento antes de responder. —No sé… no quiero que esto nos cueste caro.
Felix sintió la presión en su pecho aumentar, pero también la necesidad de ser honesto. —No sé lo que pasará mañana, pero quiero que sepas que… estoy dispuesto a arriesgarlo todo por ti.
Hyunjin, sorprendido por la confesión, se acercó un poco más. —Yo también, pero… ¿cómo lo hacemos?
—Empecemos por ser nosotros mismos. No tenemos que esconder lo que sentimos entre nosotros. Aunque no podamos mostrarlo al mundo, siempre podemos tener nuestros momentos —dijo Felix, con una chispa de determinación en sus ojos.
Fue entonces cuando Hyunjin, atrapado entre la incertidumbre y la emoción, tomó la mano de Felix. Era un gesto simple, pero significaba todo. Un compromiso silencioso de que estaban en esto juntos.
—Tienes razón —dijo Hyunjin, con una leve sonrisa—. No dejaremos que nadie se interponga entre nosotros.
Con el corazón lleno de esperanza, Felix sintió que el miedo comenzaba a desvanecerse. A pesar de los desafíos que se avecinaban, sabían que su amor era más fuerte que las expectativas. Y así, mientras la música seguía sonando en el fondo, se acercaron más el uno al otro, sellando su secreto en un instante de conexión pura.
Ambos sabían que el camino por delante sería complicado, pero estaban dispuestos a enfrentarlo juntos. La noche aún era joven, y con cada latido, el deseo y la pasión se encendían entre ellos, prometiendo un futuro lleno de secretos y susurros.
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Bajo la superficie
FanficEn un mundo donde la fama y la imagen lo son todo, Felix y Hyunjin, dos miembros del aclamado grupo Stray Kids, luchan por mantener su amor en secreto. Atrapados entre el deseo y las expectativas de la industria, saben que su relación va en contra d...