6. Abierta hasta el amanecer

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Trent

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Trent

Jackson le folla la boca, estoy a punto de correrme dentro de ella. Madison nos quiere a los dos, lleva tiempo queriéndonos tanto como nosotros a ella. Joder, le vamos a dar la vida que merece una mujer como ella. Su coño me aprieta, las paredes de su vagina se estrechan a mi alrededor. Lamo su mandíbula hasta llegar a su boca, sin evitar poder rozar la polla de mi amigo. Beso sus labios, ocupados en Jackson, pero no me importa; me da igual mamarle la polla a Jackson, solo quiero besarla a ella.

—Trent, joder —gime él—. Me voy a correr.

Nunca hemos traspasado límites entre nosotros, algún que otro roce o vernos desnudos; aunque sí, pegamos nuestras pollas cuando empezamos a masturbarnos mirando a Madison. ¿Ahora mismo? Me da igual lo que pase. Sabemos que cuando estemos dentro de ella habrá roces. No es que sea gay, pero es Jackson de quien hablamos, mi amigo de la infancia; mi mejor amigo.

Él acaricia la parte de atrás de mi cabeza y la empuja con dudas hacia su polla, abro mis labios y dejo que los roce con cada embestida que le da a la boca de nuestra mujer. Mis caderas se mueven más rápido, mis huevos se tensan. Jackson saca su polla de la boca de Madison y la mete en la mía, me agarra por ambos lados de la cabeza, follándome hasta el fondo de la garganta. Madison grita, atrapa mi polla en su vagina mientras se corre. Gimo con la polla de Jackson en mi boca y me corro con mi mujer.

—Sal de ella, joder.

No espera a que me mueva, es más fuerte que yo, así que me agarra por las caderas y me echa a un lado. No lo piensa dos veces, recoge mi semen con la punta de su pene y la penetra.

—Eso... —empuja— va... —empuja— dentro... —empuja— de ti.

Jackson gruñe cuando me inclino hacia adelante y lamo la unión entre ambos. No sé qué coño me pasa, jamás hice algo así con él. Recojo con mi lengua la crema blanca y parte de mi semen. Jackson me agarra por detrás del cuello y levanta mi cabeza, sus labios se estampan contra los míos, su lengua recorriendo el interior de mi boca. Me empuja hacia Madison cuando ha terminado de besarme. Así que, la beso a ella mientras amaso sus pechos.

—Estarán hinchados cuando pongamos un bebé dentro de ti —murmuro en su boca y la vuelvo a besar.

Mi amigo se une a nuestro beso, tres lenguas uniéndose.

—Te vamos a follar los dos, Madison —gruñe Jackson.

Ella gime. Tomo un pezón con mi boca, Jackson se ocupa del otro. Los gemidos de Madison suenan por todo el salón de la cabaña. Grita como una jodida loca.

—¡Jackson! Sigue, por favor.

Mi pene se endurece otra vez. Me encanta esto y sé que nunca me cansaré de escucharla gritar así por nosotros.

—Maldita sea, me voy a correr ya.

Jackson se hunde dentro de ella. Miro a los ojos de Madison mientras está siendo llenada por mi amigo. Cuando ha terminado de correrse, la agarro con cuidado de las axilas y la saco de debajo de él. Sus brazos, con poca fuerza, se envuelven en mi cuello. Me siento con ella en la alfombra y la tumbo sobre mi pecho.

—Vamos a cuidar de ti.

Le susurro palabras tranquilizadoras al oído. Jackson se pone detrás de ella, agarra mi pene y lo mete dentro de su vagina.

—Trent —gime Madison.

—Iremos despacio.

Jackson le besa el hombro. Noto cuando empieza a empujar dentro de ella, estirándola en el proceso. Madison se queja un poco, pero no nos detiene. Jackson empieza a moverse, alentándome a mí a hacer lo mismo. La espalda de Madison se curva, echa la cabeza hacia atrás, apoyándose con las manos en mi pecho. Es tan hermosa. Jackson la sujeta por las caderas, sus movimientos me dan placer, hacen que mis huevos se aprieten otra vez.

—Se siente tan bien —gime nuestra mujer—. Quiero más.

Jackson se sienta en la alfombra, mete las piernas por debajo de las mías y agarra a Madison por la cintura para sentarla encima de los dos. Su polla vuelve a entrar dentro de ella. Madison empieza a moverse, haciendo que entremos más profundo dentro de ella; se agarra de nuestros hombros para ayudarse a follarnos.

—Eso es, nena, muévete y deja nuestro semen dentro de ti.

—¡Ah! Sois tan grandes.

—Vamos, Madison —gruño—. Folla bien a tus hombres.

—¡Sí! —chilla.

Acerco mi cara a la de Jackson, quedando a escasos centímetros de él y de Madison. Le dedico una sonrisa, quiero que sepa que todo está bien entre nosotros y que me ha gustado chupársela y besarlo.

—Me voy a correr, Jack.

—¿Quieres llenar el coñito virgen de nuestra mujer otra vez con tu semen?

—Sí —gimo.

—Yo también voy a correrme, Trent.

El coño de Madison se aprieta mientras ella grita. Jackson suelta un par de insultos cuando también se corre y el siguiente soy yo. Los tres caemos agotados de lado en la alfombra, Madison entre los dos. 

—Feliz cumpleaños, dulce Madison —susurro.

—Feliz cumpleaños, nena —Jackson le da un beso en la mejilla.

La sonrisa en su cara nos demuestra lo feliz que está con esto.

—Nena, acabas de hacer felices a dos hombres — le dice Jackson—. ¿De verdad quieres estar con nosotros?

—Sí. Creí que nunca os fijaríais en mí por mi edad.

—Tu edad nos importa una mierda, si esperamos a esta noche fue para que tus padres no pudieran hacer nada —respondo.

—No os preocupéis, creo que se alegrarán de haberse deshecho de mí.

Jackson y yo la miramos con el ceño fruncido.

—¿Qué quieres decir? —le pregunto.

—Estaban demasiado ocupados para ser mis padres, por eso siempre cumplían todos mis caprichos, creían que así no demandaría atención de ellos.

Acaricio su vientre con suavidad.

—Nosotros siempre tendremos tiempo para ti, dulce Madison.

—Lo sé, no sois como ellos.

—¿Entonces vas a tener a nuestros bebés? —le pregunta Jackson.

—Quiero tener a todos vuestros bebés —responde con una sonrisa— y quiero que me hagáis vuestra una y otra vez.

—Nena, esta noche estarás abierta toda la puta noche. Ya tengo la polla dura, joder.

Madison y yo nos reímos. Pero Jackson tiene razón, vamos a estar toda la noche haciéndola nuestra una y otra vez; sus piernas no van a cerrarse y mañana no podrá ni levantarse de la cama.

 Pero Jackson tiene razón, vamos a estar toda la noche haciéndola nuestra una y otra vez; sus piernas no van a cerrarse y mañana no podrá ni levantarse de la cama

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