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Pov Livia

Inhalar y exhalar. Era quizás la trigésima vez que realizaba esa acción.

Jano, el hijo de Mike, el jardinero de la embajada inglesa para la que trabajé anteriormente, me ha organizado una entrevista de trabajo para Delfina Santillian, la mujer que probablemente se convertirá en la nueva mecenas del futuro, ¿por qué? Por preocupación o por instinto? O las hadas lo usaron como un medio?

Todavía no lo sé, pero mi única certeza es que pensar en ello no cambiará nada. El daño ya estaba hecho. Reviso el horario y son las 7:25 por consiguiente debo despertar a Facha, de lo contrario se retrasará para su lección de espionaje.

<<Facha levantarse es hora de ir a la escuela>> digo sacudiéndolo como una centrifugadora y él muge irritado <<Liv déjame dormir un minuto más>> me ruega el muchacho moro <<No. Te preparas y luego llego a la entrevista que el hijo de Mike ha organizado para mí y luego voy a trabajo>> le explico tirando de sus brazos y él resopla antes de levantarse.

En el baño ya le hice encontrar su cambio de ropa así no tendrá excusa para llegar tarde. No es que nunca lo sea, pero esta reunión con Delfina es desestabilizadora para mí, además de que tengo que hablar con ella antes de ir a la embajada francesa para la conferencia de alto riesgo de esta tarde.

Por mucho que me gustaría, no puedo posponer esta reunión con Delfina por mi naturaleza curiosa y por mi dudosa. Posponer es crear ansiedad para mí y no es bueno para mi mente.

Mientras cocino el almuerzo para Facha me doy cuenta de que querría hablar con alguien de lo que pasa por mi cabeza y estoy indecisa si antes de ir al Hangar voy a visitar a la única persona en vida que sabe quién soy.

Hay momentos en los que necesito apoyo para seguir adelante y después de la muerte de Silvia es difícil ser sincera. En porcentaje, con Fach soy, inicialmente, sincera en un 80% mientras que con otra persona lo soy en un 70%. Y si para Fach la situación ha mejorado, para ella no. y es precisamente con esta persona con quien necesito hablar.

<Aquí estoy yo! >> dice Facha listo para ir <<Dime que hay desayuno>> <<Hay desayuno>> Le respondo y él salta de alegría emocionado como un niño, uno de los pocos momentos en que puede permitírselo <<Te veo feliz. Por casualidad has recibido un buen día importante? > pregunto curiosa de su buen humor matutino que hasta hace poco no estaba presente.

<<Podría ser...>> me muestra sus ojos brillantes y su sonrisa parece deslumbrante. Se humedece los labios mientras veo que preparo las cestas para el almuerzo para él y sus amigos.

<<No es que podría poner la torta de Guido? Me gustaría que los chicos la prueben>> me pregunta y yo me pongo una ceja <<La he puesto en el frigorífico por si quería ofrecérsela a Camila >> le digo mientras le pongo su taza de zumo de naranja y las rebanadas con mermelada de melocotón.

Sus mejillas se colorean de rosa casi para que creas que ese día decidió maquillarse <<Sí, no, quiero decir, quiero hacerle probarla porque es buenísima pero también Ben y Julieta querían probarla, más allá de Camila, ya que los tartas a menudo cuando se trata de pasteles> explica él mientras comienza el desayuno.

Asentiré mientras tomo dos bandejas de helado, ya vacías y limpias, y voy a abrir la nevera para coger el pastel. Corto dos porciones, una para mí y otra para mi hermano, para comer en el desayuno y luego corto el resto de la tarta en tres partes, dos partes las distribuyo en los dos ex-contenedores de helado y una parte la dejo donde estaba.

<Esta es para esta noche. El resto de la pizza de ayer está en el refrigerador mientras que en estos dos bandejas hay, para ti y los chicos, calzones italianos hechos por mí esta mañana para su almuerzo>> digo poniendo cerca de él los dos contenedores azul y naranja.

Destin-hadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora