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Pov Livia

El primer día de trabajo siempre es el más complicado, especialmente si tienes que mudarte allí temporalmente.

La primera reunión con los chicos fue emocionalmente estresante y era bastante obvio que no entendían mi papel allí, pero tan pronto como declaré públicamente los peligros que corrían, Excluyendo la prueba de la isla que Roberta sospecha que es obra de Delfina y descargó todo en Yamila, se callaron todos.

En ese encuentro y durante el resto del día estudié a los chicos, todos, especialmente las dos margaritas. En cuanto llegué ante ellos fue extraño y se me hizo evidente una cosa en particular que Margarita Martínez tiene a diferencia de Daisy, y no hablo del aspecto o la exuberancia que recuerdan mucho a la Reina Florencia, Pero estoy hablando de algo que solo cuatro personas en esta vida conocen. Yo, Roberta y los dos hermanos, Martin y Tomás Fritzenwalden.

Cuando hice que Margarita se acercara a mí, para demostrar cómo fue tomada de espaldas durante su casi secuestro, me di cuenta inmediatamente de la muñeca derecha.

Llevaba un brazalete, nada tan extraordinario para nadie, pero no para mí.

Una cadena simple y ajustable en oro rosa con un pequeño corazón en el centro de la pulsera hecha de cuarzo rosa y otro corazón colgante de la misma piedra y del mismo color.

¿Cómo sé este detalle? Porque estuve presente en la concepción de este accesorio.

15 años antes...

Estaba en la guardería del castillo de Krikoragan y estaba arreglando los vestidos de los príncipes Andrés y Federico. Eran las ropas que pronto usarían para el retrato real que se haría en unos días pero que debían recibir algunas modificaciones debido al crecimiento de los tripletes.

La Reina Florencia estaba sentada de manera poco elegante en una cuna y acunaba en sus brazos a Andrés que le apretaba el índice de su mano izquierda mientras apoyaba entre sus piernas un cuaderno sobre el cual escribía cosas.

<<Puedo ayudarte, mi reina? >> pregunto cuando veo que otra hoja arrancada viene en mi dirección. Florencia tiene la cara dolorida y el pequeño que tenía en sus brazos notó el cambio de humor de su madre y empezó a llorar.

<<No me llames así, ya te lo dije! ¡Llámame Flor! >> dice enfadada mientras trataba de calmar al niño, que bajo la mirada <<Perdóname, ehm quería decir, perdóname Flor, pero ¿necesitas ayuda? >> Me pregunté, refrenándome de darle el tuyo.

Ella me sonrió para luego hacerme señas de acercarme a ella mientras se asienta mejor en la cuna mientras se prepara para amamantar al pequeño príncipe, o conde ya que en teoría el primero en venir al mundo fue Federico?

<<Sabes Mia, dado mi nuevo cargo de reina y el nombramiento de mis hijos como herederos al trono de Krikoragan, quería hacerle un regalo especial. De parte de la madre a mis hijos>> me explica una vez que me senté al borde de la cama.

Con esta noticia me brillan los ojos emocionados por ese gesto tan lindo <<Creo que desde que nacieron nunca le hice un verdadero regalo>> sigue echando una mirada a Andrés bonito tranquilo y luego a la cuna donde duermen Federico y Margarita.

<<Serán unos hermosos regalos mi reg- quería decir Flor>>, digo cometiendo un error de nuevo y avergonzándome un poco de esto. Desde que Florencia comenzó a vivir aquí en el castillo me ha pedido que la llame Flor pero, quizás por la forma en que he crecido, no lo he conseguido todavía.

Ella resopla riendo <<Llámame Flor cuando te sientas bien, pero reina es exagerado. Prueba con la simple Florencia, ¿no es cierto Andrés Florencio? >> preguntó mirando hacia atrás a Andrés que había terminado de comer y reía contento, ya sea por haber terminado de comer o por haber sido llamado con su nombre completo nunca lo sabremos.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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