Después de tragarse los fragmentos de Xuan Su,
Shen Jiu se encuentra de nuevo en el momento en que vio a Qi-Ge en la conferencia de la alianza inmortal.
Y ahora está decidido a vivir una vida mejor que la anterior.
"¿Escuché que te prohibieron participar en futuras conferencias de la alianza inmortal?"
Yue Qingyuan se dio la vuelta para ver a Shen Qingqiu caminando por la entrada del pico Qiong Ding.
"¡Xiao Jiu!" Sonrió y se acercó a su shidi, Xiao Jiu estaba vestido con una hermosa túnica verde oscuro adornada con un abanico blanco y verde que le regaló Yue Qingyuan. Caminó y lo encontró a mitad de camino.
"No me banearon..."
" (El discípulo Yue no participará en ninguna alianza futura durante los años restantes de su posición como discípulo sucesor...) en otras palabras... prohibido
Y yo aquí esperando una protección fácil durante mi primera incorporación".
"Xiao Jiu dice esto como si no estuviera seguro de que lo hará bien por sí solo. No dudo de que serás uno de los tres primeros".
Yue Qingyuan le tomó la mano mientras hablaba. Por lo general, a Shen Qingqiu no le gustan las demostraciones públicas de afecto, pero aquí es una obligación. Qi-Ge es demasiado popular para su propio bien y ha atraído la atención de muchas discípulas femeninas y algunos discípulos masculinos. Sabe que es mezquino, pero no descansará hasta que toda la montaña sepa que Qi-Ge es suyo.
"Tus halagos excesivos no te traerán nada de mí... al menos no aquí.
Eres libre, ¿verdad? Vamos.
"¿Ir adonde?"
"Ya lo verás cuando lleguemos allí."
"¿Xiao Jiu tiene una sorpresa para mí?" Yue Qingyuan parecía irradiar felicidad ante la idea.
Shen Qingqiu le puso los ojos en blanco y lo atrajo hacia el puente del arcoíris.
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Después de una corta caminata por la montaña a través de una zona boscosa, llegaron a un pequeño claro junto a la orilla de un río. El lugar estaba completamente aislado por árboles frondosos que les brindaban total privacidad y el suelo estaba cubierto de una hermosa variedad de flores silvestres.
Este lugar era un recuerdo de su vida pasada que recordaba con cariño. Un par de jiejies del burdel le habían hablado de él y lo consideraba su santuario cuando las cosas en la secta se ponían demasiado calientes para él.
"Este lugar es hermoso", lo interrumpió Yue Qingyuan. "Lo es. Lo encontré por casualidad durante una misión".
