Todas las cosas tienen sombras.
El sol no es una excepción, siempre habrá algo ahí, velando por su bienestar, por su protección y quizás, por su amor.
En esta historia encontraran pequeños oneshots de parejas de Naruto.
Serán A'us, universo canon...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Estás seguro, Kurama? —preguntó Naruto en su espacio mental. Le daba una mirada a su mejor amigo zorro.
Quien volteó los ojos y asintió.
—Sí, cachorro, por favor haz un clon —pidió al cabo de unos segundos. Naruto asintió y salió de su espació mental, para volver a estar en su habitación.
Estaba sentado en su cama y con sólo una pose de manos apareció un clon suyo.
—¿Y ahora qué, Kurama? —preguntó mentalmente y después de unos segundos de su estómago empezó a salir un chakra naranja.
Naruto no se alarmo, simplemente bajó el cierre de su chaleco naranja y facilitó el flujo de chakra, que se dirigía hacia su clon que se había quedado muy quieto. Y unos segundos después dejó de salir chakra de su ombligo.
Y ahora el clon suyo tenía ojos rojos, cabello rojo y una sonrisa que dejaba marcar sus colmillos.
—No lo creo, ¿eres tú, Kurama? —preguntó acercándose al que ya no era su clon.
—Hola, cachorro —respondió y su voz había cambiado, era más grave.
Naruto dió unos saltos en su cama y se lanzó en los brazos de quien es ahora Kurama. El zorro envolvió sus brazos por la espalda y cintura de Naruto.
—Así es mucho más fácil abrazarte —susurró Naruto en el cuello de su amigo rojo. Quien soltó un bufido divertido. Al separarse Naruto sonrió.
—Esto es extraño —dijo Kurama está vez. Naruto soltó una risa contento y se levantó de la cama.
—Vamos, vamos, Kurama —llamó el rubio ya estando cerca de su ropero—. Creo que aquí hay unas cosas que te pueden servir.
El bijuu se levantó y se acercó hacia Naruto y dejó que su barbilla en la coronilla de la cabeza del rubio. Naruto lo miró con una sonrisa, era claro que su amigo iba a ser más alto que él.
—Ahora que lo veo, eres más alto que yo, creo que nos tocará ir a comprar ropa —decidió el Uzumaki con una sonrisa emocionada.
—Naruto, esto no será permanente y tampoco me importa la ropa, ustedes los humanos se complican con ver qué ponerse —respondió Kurama y envolvió sus brazos en el cuerpo de Naruto.
—Yo sé, Kurama, pero me gustaría que tengas tu propia ropa, por favor —pidió volteando y haciendo ojitos tristes. El bijuu después de vivir miles de años no se podía oponer a esa sonrisa y ojitos.
Así que con un bufido acepto y el rubio dio ligeros saltitos en su lugar entre los brazos de Kurama. Quien lo miraba con una serena sonrisa.
Y así pasaron toda la tarde en compras, de ropa, comida y cosas sin sentido. Los habitantes miraban extraño a Kurama y él estaba tentado a hacer relucir sus dientes.
Ya estando nuevamente en el apartamento del rubio, Naruto estaba acostado en el pecho del zorro humanoide. El otro en cambio le daba ligeras caricias en su cabello y Naruto ronroneaba encantado.
Así se quedaron hasta el anochecer, donde Kurama volvió a su forma original en la mente de Naruto, donde también durmieron juntos, con el rubio envuelto en las colas de Kurama y el zorro velando del sueño de su cachorro.
•••
Olaa, sé que me estoy metiendo en terreno peligroso.
Pero, siempre hay que experimentar, ¿qué piensan de esta pareja? ¿Les gustaría algo más explícito?
Aquí no son como una relación en sí, es más a lo platónico.
