Una amiga de la infancia

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Caminabamos por el Puente de Lartis mientras a la distancia podiamos oir el sonido del agua fluyendo debajo de nosotros mientras nos encaminabamos a la región  de los Zora en busca de la siguiente campeona.

-La vista es magnifica. Pero lo que más necesitamos ahora es la ayuda de la princesa Mipha. Sin ella, no podremos contar con suficiente fuerza para afrontar a Ganon.- Comentaba la princesa Zelda.

-Asi es, pero no te preocupes la princesa Mipha es alguien muy generosa y empatica, ten por seguro que se unira a nuestra causa.- Mencione con toda la calma del mundo.

-¿Y porque estas tan confiado?

-.................Porque conozco a la princesa de los Zora.

-¡¿Qué?! ¿Hablas en serio?- La princesa se me quedo viendo con ojos abiertos.

-Si, cuando era niño mi padre me llevó a la región de los Zora para proteger a un equipo de investigación sheikah para que investigarán a la bestia divina.

-Bueno, tiene sentido....¿Y cuantos años tenias en ese entonces?- Pregunto la princesa con curiosidad.

-Tenía tan solo 4 años en ese entonces.

-A pesar de todavía ser muy pequeño ya viajabas grandes distancias.- Exclamó sorprendida la princesa.

-Es de nuestra familia iniciar con el entrenamiento para convertirse en caballero desde pequeños.

-¿Y como conociste a la princesa Mipha si estabas con tu padre y los caballeros?

-Recuerdo perfectamente que yo estaba con mi padre y los demás caballeros vigilando la zona para que no haya monstruos donde estaban los investigadores sheikah trabajando y entonces se acercó la princesa Mipha a echar un vistazo a la bestia divina...

13 años atrás...

El Embalse Oriental se encontraba repleto de Zoras, investigadores sheikah y caballeros. Mientras el ruido del metal de las armaduras sonaba en el aire un pequeño rubio de ojos azules corría entre los caballeros como si fuera un laberinto buscando a su padre con una sonrisa en el rostro hasta que finalmente se acercó a él.

-¡Papá! ¡Papá! ¿Podemos ir a ver las cascadas? Están muy cerca de aquí, porfavooor- Rogaba el niño con ojos de perrito a su padre.

-Ahora no hijo, estoy ocupado supervisando el área.- Comento su padre con una voz firme pero sin sonar tan serio.

-¿Entonces cuando?- Pregunto el niño con una inocencia de un niño de su edad.

-Tal vez en unas cuantas horas.

El niño bajo la cabeza en señal de tristeza y su semblante pasó de ser una feliz a uno decepcionado y triste.

-De acuerdo...

-Te prometo que en unas horas iremos a ver las cascadas, solo dame algo de tiempo.- Contesto el padre con voz suave.

-Esta bien- Dijo finalmente el niño con una pequeña sonrisa.

-Muy bien, hasta entonces por que no vas a entrenar un rato con tu espada de madera.

-Si papá.

Y entonces el niño se acercó a un lugar donde estaba un poco alejado de los civiles y desenvainó su espada de madera del cinturón que estaba atado a su espada y comenzó a realizar movimientos básicos con su espada mientras los complementaba con un buen movimiento de pies.

Rato después la princesa de los Zora, Mipha, apareció para echar un vistazo a la bestia divina, todos al ver que la princesa estaba presente inmediatamente se arrodillaron mostrándo sus respetos, pero ante la amabilidad de la princesa Zora todos se levantaron inmediatamente por orden de la princesa de un "No es necesario".

Una vida contigo (Link x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora