Regreso a Escocia

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Narra Agatha.

Al entrar a la habitación aún tengo grabada en mi mente la expresión de winefer. Las cosas que tiene que ver por ser mi doncella. Demian me coloca con delicadeza sobre el suelo. Al verlo a sus ojos color marrón, los nervios me empiezan a invadir. Estoy en una habitación a solas con él , sin ni una idea de lo que debe suceder, ya que mi madre me dio "la información necesaria" según ella , pero a mi punto de vista no fue la suficiente, las preguntas se acumulan en mi mente ¿Qué debo hacer?¿Que sucederá?¿Y si no lo hago bien?

—¿Estás bien? —Demián me saca de mis pensamientos.

—S...si —tartamudeo. Espero unos segundos y vuelvo a intentar —si, estoy bien —esta vez sueno más segura.

—¿Tienes idea de lo que está a punto de suceder? —pregunta.

—No realmente —reconozco —mamá me dijo que es importante para que nuestro matrimonio funcione debidamente —él asiente —También me dijo que tú encargarías de todo...

—¿Pero?

—¿Cómo sabes que iba a decir pe..

—Eres mi esposa Agatha, debo conocerte —me interrumpe. Su sonrisa es tan dulce que no sé cómo sigo de pie —me imagino que no fue suficiente información y ahora tienes preguntas ¿O me equivoco?

—No , no lo haces. Si tengo algunas —digo asintiendo con la cabeza.

—No me sorprende. De lo contrario no serías tú —suelto una pequeñas risa por su comentario. Es cierto, siempre estoy preguntando cosas —dime que te preocupa —me pide Demián.

—¿Lo que sucederá entre nosotros va a ser en esa cama? —el asiente.

—Aunque técnicamente la cama no es primordial —comenta sonriendo de forma descarada, yo miro sin entender. Hasta que recuerdo lo que estaba apunto de pasar sobre su escritorio. Debo estar de color carmesí por la vergüenza, por lo que bajo la mirada. Demián ríe por mi gesto —prosigue cariño —me pide.

"Cariño" "Me desmayó"

—¿Me dolerá? —desde que mamá lo menciono se quedó grabado en mi mente. Hasta ahora Demián no me ha lastimado o hecho algo que no me guste, pero algo me dice que vamos a hacer más que solo besarnos así que esa posibilidad aún existe. Demian medita su respuesta unos segundos.

—Un poco —admite. Tomando mis manos —te prometo que tendré cuidado y si quieres que paremos. Lo haremos.

—Bien —digo más para mi misma que para él —¿Podemos empezar ya?

—¿Ansiosa? —su sonrisa coqueta junto a la forma en la que enarca la ceja, lo hace ver más atractivo de lo común.

—Curiosa —aclaro —Dime qué debo hacer y lo haré.

—La pregunta aquí es ¿Qué quieres hacer tú?

—¿Yo? —lo miro desconcertada —no lo sé

—¿No lo sabes? ¿O no quieres decir lo? —cuestiona —estamos solos Agatha, por lo tanto podemos hacer lo que tú quieras.

—¿Podrías quitarte la camisa? —me sorprendo a mí misma por lo que acabó de pedir.

—Puedes hacerlo tú si quieres —sugiere. Yo niego , lo último que necesito es que vea que estoy temblando de pies a cabeza.

Demián se despoja de la camisa dejando a la vista su torso, verlo de esta forma es tan nuevo para mi. Lo detallo de tal manera que debo controlarme para no tocarlo.

—¿Quieres algo más Agatha? —trago saliva por su propuesta. Él se acerca lo suficiente cómo para que nuestras respiraciones se mezclen -me parece un poco injusto que no estemos en las mismas condiciones -el desata el lazo de mi camisón ágilmente -ya veo que los sueños si se cumplen.

Siempre has sido tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora