i. the loss of my life

8K 901 29
                                        

🧸 જ⁀  CAPÍTULO UNO  La pérdida de mi vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🧸 જ⁀  CAPÍTULO UNO
  La pérdida de mi vida

MARGARET DELACOUR NO HABÍA SIDO SOLO UNA BEBÉ esperada, sino también difícil de concebir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MARGARET DELACOUR NO HABÍA SIDO SOLO UNA BEBÉ esperada, sino también difícil de concebir. Tras años intentando tener hijos, el matrimonio Delacour había perdido la esperanza. Sin embargo, meses después, Mónica Delacour quedó embarazada de una niña que finalmente logró nacer.

A pesar del amor incondicional que sentían por su hija, el matrimonio estaba aterrorizado por la peculiaridad con la que la pequeña había venido al mundo.

Maggie tenía cinco años cuando descubrió su poder: podía controlar su sombra, y esta parecía tener vida propia. Al principio, era solo un juego; la sombra seguía sus movimientos, haciendo lo que ella quería. Con el tiempo, sin embargo, la sombra comenzó a desarrollar una voluntad independiente, lo que llevó a Maggie a llamarla "Sombra". Aprendió pronto que su temperamento influía en su entorno de maneras peligrosas.

Con los años, sus padres le enseñaron a mantenerse calmada, repitiéndole constantemente que su ira podía lastimar a quienes amaba. Maggie creció como una niña tranquila, sonriente y alegre, pero siempre bajo una estricta autodisciplina para controlar su poder... y su sombra.

Esa noche, la casa de los Delacour estaba envuelta en una tensa calma. En su habitación, Richard y Mónica discutían en susurros casi desesperados.

—No podemos seguir así, Mónica —dijo Richard, con voz grave—. La gente del pueblo está asustada. Hoy fue solo una pequeña muestra, pero... ¿y si la próxima vez Maggie no puede controlarlo?

Mónica miraba por la ventana, la luz de la luna iluminando su rostro preocupado.

—¿Qué sugieres que haga? —replicó ella—. No puedo enviarla a ese lugar... Es nuestra hija.

—Ese lugar es un refugio, un sitio donde podrán ayudarla —insistió Richard, cruzando los brazos—. Aquí, la gente no lo entenderá. No sabemos qué puede suceder si no tomamos medidas.

Antes de que Mónica pudiera responder, un estruendo los sobresaltó. El sonido de cristales rotos inundó la sala. Ambos corrieron hacia el origen del ruido. Una piedra había atravesado una ventana. Atada a ella, una nota arrugada con letras grandes y torpes que decía: "BRUJA, VETE O ARDERÁS."

𝐌𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐄𝐓; 𝗘𝗻𝗼𝗰𝗵 𝗢'𝗖𝗼𝗻𝗻𝗼𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora