El villano enfermo solo quiere vivir

34. Cuídate (2)

La camisa de Zhu Tong estaba abotonada por delante, por lo que no era complicado quitársela. Zhu Tong se sentó de lado en el sofá, inclinó ligeramente la cabeza y dejó al descubierto por completo su nuca y parte de la espalda.

Observó a Shao Ming sacar la medicina de la caja y, vacilante, extendió la mano: "Lo haré yo mismo".

Shao Ming dijo en tono de broma: "¿Tienes miedo de que me aproveche de ti? No te preocupes, solo te tocaré con un hisopo de algodón".

Zhu Tong: "..."

Él no lo quiso decir de esa manera.

Después de un momento de desconcierto, finalmente sintió el tacto frío del hisopo de algodón humedecido en la medicación.

Shao Ming miró el enrojecimiento que se extendía desde la nuca hasta la espalda y no pudo evitar fruncir el ceño: "¿Por qué no dijiste nada?"

Zhu Tong hizo una pausa y luego dijo: "Está bien".

Shao Ming: "..."

Se puso un poco más de medicamento en la espalda y se la frotó suavemente. Cuando el enrojecimiento se hizo más intenso, el joven más bajo finalmente tembló.

Shao Ming se detuvo inmediatamente y preguntó: "¿Te duele?"

Zhu Tong inconscientemente quiso negar con la cabeza, pero en lugar de eso asintió con sinceridad. "Un poquito".

Shao Ming: "...Entonces seré más gentil."

Volvió a relajar sus movimientos, girando suavemente el hisopo de algodón y dejando que el medicamento para quemaduras goteara sobre su piel escaldada.

La nuca estaba roja, al igual que la espalda, pero afortunadamente no estaba tan roja. Solo debería estar un poco escaldada por el vapor caliente, lo que hacía que su piel blanca y fría pareciera un poco más cálida de lo normal.

'Está demasiado delgado.'

Shao Ming se frotó la cabeza inconscientemente y miró el perfil ligeramente agachado de Zhu Tong. Parecía un poco nervioso, su cuerpo tenso. Pero tampoco se resistió.

Desde el principio, Shao Ming sintió que era diferente a sí mismo y a los demás.

Pero Zhu Tong recalcó varias veces que no tenía otras intenciones para él... Él también lo creía. Porque si tuviera esos pensamientos, Zhu Tong definitivamente no podría ocultarlos.

Zhu Tong era una persona completamente diferente a él.

Felicidad, ira, tristeza, alegría... todas esas emociones se reflejaban claramente en su rostro. También era franco con sus pensamientos. Aunque no gozaba de buena salud, aún podía vivir libremente.

Él llegó a él inexplicablemente, y debería haber sido alguien a quien no pudiera evitar.

Pero inexplicablemente, sus vidas de repente se cruzaron y luego se entrelazaron por completo.

A Zhu Tong parecía importarle más cómo mantener una "distancia segura" entre ellos, incluso más que a Shao Ming.

En verdad, fue Shao Ming quien, de alguna manera, quiso acortar esa distancia.

Quería que se volvieran aún más cercanos.

Shao Ming no podía explicar por qué de repente dejó que Zhu Tong regresara a esta casa de familia. Solo sabía que el joven seguía en silencio a pesar del dolor inimaginable que sentía. Pero después de acostarse en la cama del hospital, lo abrazó sin soltarlo y gritó de dolor. Shao Ming piensa... que no puede dejar solo a Zhu Tong.