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•:|Opiniones divididas y orgullo desmedido|:•

⚠️Capítulo con +30,000 palabras⚠️

Simplemente todo esto era demasiado.

Nadie daba crédito a las palabras pronunciadas por el peliverde, y aunque aquella declaración cumplía con los requerimientos para catalogarse como cruel, también comprendían que Izuku sólo estaba expresando lo que se había mantenido albergado en su mente durante todas estas semanas cargadas de dolor y angustia. Es por eso que ninguno los profesores intervino, porque aunque esta era una reunión organizada con el fin de encontrar un común acuerdo para la complicada situación que estaban presentando dos de sus mejores estudiantes, no podían negar que todo esto estaba tomando un aire más personal. Además, había una posibilidad de que todo esto resultara en un pequeño desahogo para ambos, pues no había nada mejor que dejar todas las especulaciones de lado y decirse las cosas de frente, aunque al mismo tiempo eran conscientes de que, como figuras de autoridad, no debían permitir que una situación así se desarrollara en su presencia, sin embargo, había quienes creían que esto podría representar un paso positivo hacia la solución de este tema tan delicado.

Por otra parte, Katsuki permanecía completamente estático, le parecía surrealista que el imbécil de Deku se atreviera a decir esa estupidez de manera tan repentina, ¿De verdad ese mismo imbécil que lo había perseguido durante años estaba dando todo por terminado ahora...? No, debía ser una maldita broma, quizá había escuchado mal, se negaba rotundamente a creer que las palabras de Deku eran ciertas, simplemente él... Él no podía decir algo como eso tan repentinamente... En otras palabras, entendía perfectamente cuáles eran las malditas razones por las que ese idiota había llegado hasta este punto, pero tomar una decisión de esa magnitud sin siquiera haber escuchado lo que tenía que decir era algo bastante precipitado a su parecer.... Y sin embargo, los pequeños pinchazos que estaba sintiendo en el pecho le indicaban que todo esto estaba sucediendo.

No era un simple sueño, esta era la realidad.

Sin siquiera notarlo, su rostro expresó una mezcla de incredulidad y desconcierto, no quería mostrarse afectado por lo que habia escuchado, pero ciertamente era imposible ignorar algo que lo afectaba tan profundamente, era imposible ignorar que Deku, ese idiota por el que había hecho hasta lo imposible por mejorar su relación, decidiera desecharlo como si fuera un maldito pedazo de basura. No sabía cómo diablos reaccionar a esto, una parte de él estaba destrozada, deseando que esto fuera una estúpida pesadilla, y sin embargo, la otra parte le decía que ignorara aquél nudo en su garganta, aquella opresión en su pecho, aquél dolor punzante en su corazón, aquella rigidez en su cuerpo, aquél doloroso ardor en sus ojos, y marcharse de ese lugar sin más, aquella parte le pedía crear una barrera disfrazada de ira y molestia, pero no sabía qué decisión tomar, tal como lo habia experimentado en las últimas semanas.

Su boca se entreabrió en un intento de formular algo, cualquier cosa, pero las palabras se quedaban atascadas en su garganta, y cuando menos lo esperó, los segundos comenzaron a pasar con una lentitud abrumadora, mientras sus ojos carmesí llenaban el aire de tensión al verse envuelto en un constante choque de miradas. Esos ojos verdes que antes lo veían con admiración, ahora mostraban molestia y resentimiento.

Y dolía...

— ¿Tú.. Estás.. Seguro de esto? — El de cabello cenizo cuestionó en un murmullo más bajo de lo que pretendía, su voz reflejó perplejidad y pesadez. Debido a su bajo volumen, sólo fue escuchado por el chico frente a él.

¡Detente, Kacchan! +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora