sechs

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Tzuyu gateó hacia Sana, su mirada lucía pesada, bastante seria pues estaba enfocada en la chica frente a ella, todo era tan atractivo en este momento y cada pensamiento en su cabeza se nublaba con la imagen de la hermosa omega frente a ella.

Sana sentía sus piernas temblando por la excitación que el celo le producía, además de los obvios nervios que llenaban su cuerpo gracias a la fija mirada de su novia.

Tzuyu se hincó cuando llegó a los pies de la mayor y con sus manos comenzó a acariciar los gruesos muslos de la chica. ──Eres muy bonita── elogió mientras sus dedos traviesos subían por la cara interna de los muslos, acercándose a donde la japonesa más lo necesitaba. La alfa se inclinó y depositó un beso casto sobre los labios de la contraria y sin romper el contacto visual sus dedos se colaron debajo de las bragas arruinadas ──Las omegas con muslos gruesos como los tuyos me vuelven loca── su dedo índice se paseó por la vulva de la chica y recogió los fluidos que lubricaban su entrada ──Ni siquiera te he tocado cariño, recuerda que debes ser paciente bebé── retiró su mano y le mostró los dedos mojados para después llevarlos a sus labios y lamerlos. Una sonrisa se le escapó cuando escuchó el jadeo de la omega.

Sana aún no estaba consciente del gran impacto que las palabras de afirmación causaban en ella, sobre todo porque hacía sentir a su omega muy orgullosa. Todos sabían que las mejores omegas eran las que tenían muslos gruesos, pues las alfas podían detenerlas mejor además de que había más piel para morder.

Tzuyu le dio otro beso, esta vez fue uno profundo que solo provocó el aumento de las feromonas en el lugar, Sana se estaba comenzando a marear un poco con todo el delicioso café y tabaco por su habitación.

Las manos posesivas de Tzuyu volvieron a recorrer su cuerpo, tocó los tersos pechos, atrapando el pezón entre sus hábiles dedos, mientras la otra estrujaba los muslos, marcando en la piel las uñas y los dedos.

Sana cortó el beso abruptamente cuando otra punzada la hizo subir las caderas ──Tzuyu...── pidió con un tono suave pero necesitado. La alfa se mordió el labio inferior.

──Tranquila cariño, todo va a estar bien── aseguró mientras sus labios se dirigían al cuello algo sudoroso de la omega. Sus dientes salieron por instinto y raspó levemente la garganta de la chica, pues quería provocarla.

Sana se retorció debajo de ella y sus manos se dirigieron a tomar la que Tzuyu tenía jugando con sus piernas. Entrelazó sus dedos y lentamente la movió hacia su centro ──M-Me duele, por favor── rogó con lágrimas en los ojos.

Tzuyu amaba cuando las omegas le suplicaban así, pero el que San, la conejita tímida e inocente que conoció, estuviera actuando así la volvía loca ──Claro cariño, solo debes aguantar un poco más── la mayor asintió aún sollozando.

Tzuyu se inclinó y sin perder el tiempo se acomodó para comenzar a tomar los senos entre sus labios, su lengua acarició de forma lenta un pezón y después el otro, dándose tiempo para saborear la deliciosa piel de la conejita.

Sana chilló y sus caderas temblaron, pues el celo la estaba afectando demasiado, le provocaba espasmos de placer esporádicos combinados con dolor en su centro. Ahora que estaba en celo comprendía lo mucho que le dolía no tener a la alfa entre sus piernas.

Sana sentía la cabeza caliente y su cuerpo sensible, pues cada mínimo toque la erizaba, sobre todo cuando pensaba en el delicioso miembro que pronto la anudaría ──T-Tzuyu── fue lo único que pudo salir de sus labios antes de lograr tomar el bulto que se marcaba en la tela de la ropa interior, como una forma de rogarle atención.

Los colmillos de Tzuyu rasguñaron la piel de la omega, lo que le sacó un quejido. La alfa molió sus caderas contra el toque caliente y acercó sus labios a la oreja izquierda de la omega ──Que princesa tan puta tengo── disfrutó cada palabra perteneciente a esa sucia frase y Sana mientras tanto solo pudo intentar apretar los muslos, fallando en el intento gracias a que la pelvis de Tzuyu estaba en el camino.

little bunny ; satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora