Mientras las lágrimas amenazaban con brotar, Ruth apretó los puños. No sería fácil, pero no se permitiría perder la esperanza. Sabía que algo en Anthares había vacilado, una pequeña grieta en esa muralla emocional que él había levantado. "Tal vez no esté listo ahora", pensó, "pero eso no significa que nunca lo estará."
Los días siguientes, Ruth comenzó a notar pequeños detalles. Anthares la miraba por más tiempo del que debería cuando pensaba que ella no lo veía. Aunque seguía manteniendo su distancia, había una conexión silenciosa entre ellos que ninguno podía negar.
Un día, mientras Ruth estaba con su amiga Luna sentadas en la biblioteca revisando un libro, Anthares se les acercó sin previo aviso, rompiendo el silencio.
—He estado pensando... —dijo con una voz más suave de lo habitual—. No soy muy bueno en esto de las relaciones, pero creo que me equivoqué contigo.
El corazón de Ruth dio un vuelco y cruzó miradas con Luna.
Ruth y Anthares se quedaron en silencio después del comentario de Luna, el aire entre ellos pesado de emociones no dichas. Anthares, por primera vez, parecía perdido, sin esa confianza que siempre lo caracterizaba. Ruth, con su nueva determinación, ya no era la chica insegura que buscaba su aprobación.
—He estado observándote estos días —dijo Anthares con una voz más suave de lo normal—. Eres diferente, más fuerte. Me pregunto si… me equivoqué.
El corazón de Ruth latió con fuerza, pero ya no estaba dispuesta a caer en viejas trampas.
—¿Te equivocaste? —respondió Ruth, sintiendo cómo su nueva confianza se encendía—. No lo sé, Anthares. No se trata de si cometiste un error o no. He pasado este tiempo aprendiendo sobre mí misma, y ahora no me importa lo que tú pienses. Quiero ser yo misma.
Luna asintió en silencio desde el fondo, como si aprobara cada palabra. Anthares la miró, claramente sorprendido por la resolución en su voz. No estaba acostumbrado a que Ruth hablara de esa forma, y parecía luchar por encontrar una respuesta.
—Ruth, no quiero que pienses que no me importas —dijo Anthares, avanzando un paso hacia ella—. Solo… no sé qué hacer con esto.
Ruth lo observó detenidamente, entendiendo que las palabras que había anhelado por tanto tiempo no eran suficientes ahora. Ya no se trataba de esperar que él la viera, sino de reconocer su propio valor.
—No tienes que hacer nada —dijo Ruth con una sonrisa suave, pero firme—. Porque ahora, soy yo quien elige. Y no estoy segura de que lo que quiero sea seguir persiguiéndote.
La sorpresa en el rostro de Anthares fue evidente. Ruth se giró hacia Luna, quien ya estaba lista para irse, y juntas comenzaron a caminar hacia la salida. Atrás quedaba esa Ruth que habría esperado eternamente.
Anthares las observó mientras se alejaban, comprendiendo, tal vez por primera vez, que había perdido algo importante.
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Kimi Kara Tōku Hanarete (Susurros de un amor silencioso)
Romanceruthy es una chica enamorada de Anthares, y luchará por conseguir su amor de a como de lugar