Naruto X RWBY {REMNANT'S MAELSTROM SHINOBI} - LIBRO II y III (REMAKE)

Capítulo 49: Un recibimiento para nada inesperado

Hola, chicos todos los derechos al autor original del primer libro de esta obra MothBallz; a la serie Naruto y Rwby; este es una secuela hecha por un fan, esperando que esta historia les haga pasar un buen momento en este breve tiempo:

El caos reinaba en el puerto. Lo que comenzó como una pequeña chispa desatada por el trozo de piedra que Naruto había lanzado en un impulso se había transformado en una batalla campal entre las dos facciones que, hasta hace unos momentos, mantenían una tensa tregua. El bullicio que retumbaba en el puerto no dejaba espacio para las palabras. Solo quedaba el estruendo de disparos, gritos, y el entrechocar de armas que resonaba por todo el lugar.

Desde lo alto de la torre, Naruto, Purity y Astrid observaban con ojos abiertos de par en par, incapaces de procesar por completo la magnitud de la destrucción que habían desencadenado. Era como si el puerto hubiera sido engullido por una tormenta furiosa e imparable. Las luces parpadeaban mientras el sonido de vidrios rotos y explosiones menores se propagaba por los muelles.

Los contenedores de Dust, que antes parecían seguros en sus lugares, ahora estaban desperdigados por doquier, liberando pequeños destellos de energía en el aire. El polvo lumínico de diferentes colores formaba una especie de neblina iridiscente que cubría las sombras de los combatientes.

Humanos y faunos, todos estaban sumidos en un frenesí, como si la furia reprimida de años hubiera encontrado su momento perfecto para desatarse. El puerto, normalmente tranquilo en esa hora avanzada de la noche, era ahora un campo de batalla. Nadie parecía recordar ya cuál fue la chispa que encendió todo. La batalla había cobrado vida propia, absorbiendo todo a su alrededor.

Naruto observaba con el ceño fruncido, aún incrédulo de que un pequeño gesto hubiera causado tal magnitud de desastre. El frío aire del puerto rozaba su piel, pero no era suficiente para contrarrestar el calor que emanaba desde abajo, donde las llamas comenzaban a extenderse desde algunos vehículos volcados. Su vista se posaba en las dos facciones que se lanzaban sin piedad unos contra otros, con una ferocidad que recordaba las peores batallas que había presenciado en su vida.

Los faunos, con su agilidad y fuerza natural, aprovechaban cada rincón del puerto, saltando entre las estructuras con movimientos rápidos y precisos. Algunos utilizaban sus habilidades para atacar a distancia, mientras que otros preferían enfrentamientos cuerpo a cuerpo, donde sus ventajas físicas podían brillar con más intensidad. Naruto distinguió las diferentes razas: Cuernos de toro, colas de reptil, garras afiladas... Era un despliegue impresionante de poder, pero también de brutalidad pura por parte de los involucrados.

Por otro lado, los humanos, con su tecnología y armas avanzadas, no se quedaban atrás. Disparaban desde las sombras, usando rifles automáticos, granadas y lanzadores de polvo. La energía pura de las armas Dust era palpable, con rayos de fuego, hielo y electricidad iluminando la oscuridad del puerto como un espectáculo pirotécnico. Todo aquello que había sido preparado con cuidado para el tráfico de Dust ahora era destruido sin miramientos, convertido en simple escombro y cenizas.

Lo que más sorprendía a los tres observadores en lo alto de la torre era el hecho de que, en medio del caos, ambas líderes; Las temibles hermanas del caos también habían descendido a la batalla. Ya no eran figuras reservadas que supervisaban desde las sombras; ahora estaban en el centro de la refriega, comandando y luchando como cualquier otro de sus subordinados.

La hermana de cabello morado, con su elegante pero intimidante vestimenta, se movía con gracia felina, su látigo destellante de Dust cortando el aire y derribando a cualquier desafortunado que se cruzara en su camino. Su rostro, por lo general, impasible y calculador, ahora estaba cubierto de una expresión de furia contenida, como si la explosión de violencia fuera el catalizador que necesitaba para liberar años de frustración acumulada.