XVII

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Toda la historia será narrada por la escritora.

El día de la boda de Liam y MoTak estaba por llegar. El aire en la mansión estaba cargado de una mezcla de emoción y nerviosismo, mientras todos se preparaban para lo que sería una ceremonia inolvidable. Los jardines estaban adornados con flores blancas y doradas, y la brisa fresca de la mañana acariciaba suavemente las telas delicadas que ondeaban en las pérgolas preparadas para el evento.

Felix despertó temprano. Su rutina matutina le ayudaba a despejar la mente, pero esta vez había algo más en el ambiente. A pesar de la expectativa por la boda de su padre y Liam, no podía sacarse de la cabeza lo que había sucedido en los días previos, desde aquella cena intensa con ChangBin hasta las conversaciones con su padre, Liam. Sabía que este día sería importante, no solo para sus padres, sino para él también. De algún modo, estaba esperando que algo en su interior se aclarara finalmente.

Cuando Felix bajó a la cocina, se encontró con los preparativos para el desayuno, su padre Liam se encontraba poniendo todo cuidadosamente. Los familiares de Liam comenzaban a llegar a la mansión poco a poco, muchos de ellos ya instalados desde la noche anterior. Estaba ataviado con una bata de seda, aún con el cabello ligeramente húmedo por la ducha, pero irradiando esa elegancia natural que lo caracterizaba. Mientras se acercaba a la encimera para ayudar con las frutas.

Liam estaba en la cocina también, junto a un joven que Felix no reconoció de inmediato. Se trataba de Peter, el sobrino de Liam, recién llegado de su viaje al extranjero. Era un joven de unos veintipocos años, de complexión atlética y una sonrisa encantadora, con un aire relajado que contrastaba con la opulencia de la mansión. 

"Ah, amor buenos días, ven aquí", dijo Liam con una sonrisa mientras cortaba algunas fresas. "Quiero presentarte a mi sobrino, Peter. Llegó esta mañana"

Felix le devolvió la sonrisa y se acercó para saludar a Peter. Cuando sus miradas se cruzaron, el joven sobrino de Liam quedó momentáneamente sin palabras. Había escuchado hablar mucho de Felix, el famoso modelo, pero no esperaba verlo en persona y mucho menos tener la oportunidad de conocerlo en un ambiente tan íntimo. Había algo en Felix, una mezcla de belleza y carisma que lo hacía imposible de ignorar.

"Hola, encantado", dijo Felix, extendiendo su mano con una amabilidad deslumbrante.

"El placer es mío, Felix", respondió Peter, algo nervioso, aunque trató de ocultarlo detrás de una sonrisa relajada.

Desde ese momento, Peter no pudo evitar observar a Felix con creciente admiración. Mientras Felix y Liam bromeaban y trabajaban juntos preparando el desayuno, Peter se mantenía cerca, aunque tratando de no ser demasiado evidente. Pero su mirada no podía alejarse del modelo. Cada movimiento de Felix parecía calculado, aunque sin esfuerzo, y su risa suave resonaba en la cocina con un toque de encanto natural. Peter estaba, sin lugar a dudas, cautivado.

La escena era casi idílica: el sol de la mañana iluminaba la cocina con una calidez suave, mientras los aromas del café y las frutas frescas llenaban el aire. Felix se movía con gracia por la habitación, ayudando a su padre a preparar el desayuno para las visitas. Sus manos hábiles cortaban frutas y preparaban pequeños detalles, mientras intercambiaba palabras animadas con Liam.

Peter, aún algo cohibido, no podía apartar los ojos de Felix. Cada vez que Felix sonreía, Peter sentía un pequeño tirón en su pecho, algo que no había experimentado antes con tanta intensidad. El joven sobrino de Liam había conocido a muchas personas interesantes en sus viajes, pero Felix tenía algo diferente, una energía que lo envolvía y lo hacía destacar entre cualquier multitud.

En un momento dado, cuando Felix se inclinó para servir una bandeja de jugos, Peter aprovechó la oportunidad para acercarse más. Aunque no sabía exactamente cómo iniciar una conversación profunda, lo intentó de todos modos.

The Model [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora