XVIII

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Toda la historia será narrada por la escritora.

La mesa estaba lista, un imponente espectáculo que reflejaba todo el esfuerzo puesto en la boda de Liam y MoTak. La larga mesa de roble, decorada con detalles en tonos dorados y blancos, era un símbolo de elegancia. Candelabros de cristal dispersaban una luz suave y cálida que iluminaba los rostros de los invitados. Los platos finamente colocados, con cubertería de plata y copas de vino brillando bajo la luz tenue, invitaban a una velada que prometía ser inolvidable. El aroma a exquisitas preparaciones culinarias flotaba en el aire, desde carnes a la parrilla hasta delicados postres, todos listos para ser disfrutados.

Felix tomó su lugar entre los invitados, sus nervios aún ligeramente agitados tras el tenso momento en la habitación con ChangBin. Sentía su corazón latir más rápido de lo normal, pero disimuló su agitación mientras se sentaba en una de las sillas finamente decoradas. A su derecha, Peter se ubicó con una sonrisa amable, mientras que ChangBin, a su izquierda, se movía con una calma casi ensayada. El idol ocupó su asiento sin quitarle los ojos de encima a Felix, como si su atención estuviera permanentemente anclada en él.

A lo largo de la mesa, la conversación era fluida y animada. Los invitados intercambiaban anécdotas y brindis, felicitando a los novios que ocupaban los lugares de honor en el centro. El ambiente era festivo, con risas y murmullos que se mezclaban con el sonido de las copas de cristal entrechocando. Sin embargo, para Felix y ChangBin, la atmósfera era diferente. A pesar del bullicio, había un entendimiento silencioso entre ellos, una tensión latente que no necesitaba palabras.

ChangBin, siempre astuto, aprovechaba cualquier oportunidad para crear pequeños roces que parecían accidentales, pero que en realidad estaban calculados con precisión. Mientras Felix cortaba un trozo de carne, los dedos de ChangBin rozaron "accidentalmente" su brazo, provocando que Felix casi dejara caer el tenedor. Sus miradas se cruzaron por un segundo, suficiente para que ambos supieran que aquello no había sido un accidente. Felix sintió su pulso acelerarse de nuevo, y aunque intentó mantener la compostura, no pudo evitar devolverle una pequeña sonrisa nerviosa.

Más tarde, cuando los camareros trajeron los postres, ChangBin extendió su mano para tomar una servilleta, pero en lugar de hacerlo directamente, su mano se deslizó suavemente sobre la de Felix, que también estaba en el borde de la mesa. El contacto fue breve, pero lo suficientemente intenso como para que Felix sintiera un cosquilleo recorrer su piel. Sus ojos se desviaron hacia ChangBin, quien, con una expresión tranquila pero sabiendo exactamente lo que hacía, continuó disfrutando de su postre como si nada hubiera pasado.

Peter, por otro lado, intentaba entablar conversación con Felix, hablando sobre trivialidades, pero Felix estaba demasiado consciente de la cercanía de ChangBin como para concentrarse. La forma en que el idol inclinaba su cuerpo ligeramente hacia él, los roces constantes, la atención que le prestaba. Todo indicaba que había algo más que solo una cena compartida. Aunque Peter no se daba cuenta, ChangBin estaba marcando territorio, asegurándose de que Felix no se sintiera tentado por la presencia de Peter.

Finalmente, la cena llegó a su fin. Los brindis de cierre fueron pronunciados, y los invitados comenzaron a retirarse a sus habitaciones o a las áreas comunes para disfrutar del resto de la noche. La luna, alta y brillante, bañaba los jardines de la mansión con su luz plateada, creando un ambiente aún más íntimo. Fue entonces cuando Felix se levantó de la mesa, sintiendo la necesidad de un respiro después de la velada cargada de tensión. ChangBin no tardó en seguirlo.

"¿Te apetece caminar un rato?", le preguntó ChangBin, su voz suave pero cargada de intención.

Felix asintió, sin necesidad de pensarlo dos veces. Salieron al jardín, dejando atrás las risas y las conversaciones que aún resonaban en la mansión. El aire frío de la noche envolvía sus cuerpos, pero la sensación era refrescante después de las horas pasadas en el interior. Caminaban en silencio al principio, dejando que la naturaleza hablara por ellos. Las hojas crujían bajo sus pies, y la brisa movía suavemente las ramas de los árboles, creando una sinfonía natural que acompañaba sus pasos.

The Model [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora